Mory tiene 20 meses (menos de dos años) y ha pasado por varias guarderías. De la primera le quitaron sus padres porque no estaban conformes con el trato que recibía por parte de los maestros de preescolar. Pero de la segunda, le han expulsado. A pesar de ser sólo un bebé, no podrá regresar a las aulas ya que, como le explicó la maestra a su madre, “lanzaba juguetes muy pesados y se peleaba con los niños más pequeños”.
El centro, que era privado y estaba en Saint Michel sur Orge (Francia), comunicó a la familia su intención de no renovar la matrícula del niño porque estaba dando muchos problemas. En una entrevista para Le Parisien, su madre Anais (de 39 años) explicó que “hasta el momento en que nos dijeron que no contaban con él para el curso que viene, todo iba bien. Me dijeron que tenían un problema muy grave con él y era que le gustaba lanzar objetos pesados”.
Cuando la maestra le contó esto, ella se sorprendió. “Le contesté que era un bebé y que si le dejaban fuera del centro educativo le estaban quitando la posibilidad de integrarse”. Pero desde la dirección de la guardería fueron más claros: “aseguraban que tenían la obligación de proteger a los más pequeños, con los que Mory tiene una relación complicada”.
La madre del bebé quiere denunciar a la guardería
Aunque en un primer momento intentó dialogar con el director y los maestros, ahora la madre de Mory se plantea denunciar a la guardería. Ha señalado que no está de acuerdo y que lo que ha hecho el centro de educación infantil Oursons et Compagnie es una clara discriminación y una medida “injusta”.
Apunta a un posible “maltrato psicológico” hacia su hijo menor y ha reconocido que el comportamiento de su pequeño es “más complicado” que el de otros niños de su edad, porque tiene mucha energía.
El caso de Mory no pilla a nadie de nuevas. Ya ha tenido conflictos con los docentes y los niños en otros colegios. En el mes de septiembre comenzará en lo que será su cuarta guardería. La falta de estabilidad durante su primera infancia podría estar detrás de su comportamiento, ya que como explicó la madre al medio antes citado, de su primera escuela tuvieron que cambiarle ante la sospecha de malos tratos.
El director de la guardería pidió la intervención Protección Maternoinfantil
El director de la guardería pidió ayuda para entender el comportamiento del niño a la Oficina de Protección Maternoinfantil (PMI), una entidad parecida a los Servicios Sociales en España, con el objetivo de que tanto el menor como sus familiares pudieran recibir un asesoramiento profesional.
“Es una medida necesaria”, apuntaron desde el centro, "porque este niño necesita atención especializada para su integración y bienestar" , sugiriendo la necesidad de intervención por parte de los servicios sanitarios y sociales.
