
En Estados Unidos, pagar un alquiler es una misión casi imposible para muchas familias, debido a la subida de precios de la vivienda. El alto coste del mercado inmobiliario hace necesario buscar soluciones alternativas como la que ha encontrado Suzanne Hayes, madre de tres hijos adolescentes. Ella pagaba 2.000 dólares (1.805 euros) por el piso en el que vivía. Cuando el propietario le dijo que tenía que marcharse en 30 días, comenzó a buscar una nueva casa.
En las inmobiliarias no daban respuesta a sus necesidades. Le pedían una renta mensual de 2.700 dólares (2.430 euros) por una vivienda de dos habitaciones. Si era de tres, el precio se disparaba. Entonces tomó la decisión de hacer las maletas y mudarse a un hotel. Un sitio en el que pensaba quedarse unos días, pero que al final, ha terminado siendo su hogar.
Y es que residiendo de manera permanente en un hotel, aparte de “ser más barato” como ha reconocido en una entrevista concedida a Business Insider, la familia “tiene más ventajas”. Entre ellas, que no tienen que limpiar las habitaciones ni preocuparse por la comida.
“No es la mejor opción, pero sí la más cómoda”

Hayes reconoce que trasladarse con su familia a un hotel “no es la mejor opción para mí y para mis hijos, pero sus comodidades son la respuesta a mis oraciones”. Y entre estas se encuentra poder acceder a la piscina durante los días de más calor, tener a su disposición un desayuno continental por las mañanas y una fogata para poder preparar malvaviscos (dulce parecido a una nube, típico de Estados Unidos).
Además, para sus hijos adolescentes, el hotel organiza varias actividades. Entre sus preferidas, un concurso que tiene lugar todos los jueves llamado ‘trivia’. Al principio sólo iban los pequeños pero más tarde se animó ella también y resultó ser uno de sus entretenimientos preferidos.
No tener que limpiar la ropa de cama, ni las toallas e incluso tener ayuda extra para ordenar las camisetas o pantalones de sus hijos, son otros de los pluses de trasladarse a vivir a un hotel, como ha explicado.
Qué diferencias hay entre vivir en un hotel y un apartamento
Ahora, esta madre de familia está más relajada y esta es la principal diferencia que encuentra entre residir en un bloque de apartamentos y en un hotel. Porque, en el primero, ella era quien tenía que hacerse cargo de todo lo relativo a la limpieza, la compra, la cocina… y ahora, muchas de estas cosas están a cargo de los trabajadores del alojamiento. “Era muchísimo trabajo”, explica, porque tenía que llevar a cabo “tareas como la jardinería, el tanque de aceite o la caldera”.
Y, por otro lado, vivir en un hotel es mucho mejor para su cartera. Mientras ahora paga 2.200 dólares al mes, unos 1.984 euros (para ella y sus dos hijos), vivir en un apartamento le cuesta 2.700 dólares, si es de dos habitaciones. Los de tres ya suben el precio a 3.000 dólares.
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