Logo de Huffpost

Un churrero es detenido por robar 86.000 euros de una máquina de cobro a la que estuvo engañando durante un año

La caja registradora tenía un importante descuadre entre los tickets y la cantidad que había en el cajón de seguridad del dinero en efectivo, lo que añadido a los vídeos de las cámaras de vigilancia destaparon el hurto


Un churrero trabajando
Un churrero trabajando |Canva
Antonio Montoya
Fecha de actualización:

El empleado de una churrería en Marbella ha sido detenido por la Policía Nacional después de haber robado 86.000 euros de una máquina de cobro. El churrero estuvo “engañando” durante un año a la máquina registradora mediante un sutil truco por el que introducía billetes de alto valor y después la máquina se los devolvía. Un gran descuadre en las cuentas entre los tickets y el dinero real depositado en el cajón de seguridad, fue el que hizo que se dieran cuenta del engaño.

Según los informes de la Policía Nacional, el individuo tenía una técnica para sustraer dinero reiteradamente durante un año sin que se dieran cuenta, al menos al principio. El truco del trabajador era introducir billetes para que la máquina se cobrara y luego teclear una secuencia de números en la pantalla rápidamente para que la máquina devolviera el dinero. La máquina registradora realizaba una devolución del cambio esperado en el pago de una consumición, sin detectar que el dinero inicial se había devuelto, ya que no tenía margen para percibirlo.

Robó durante un año hasta extraer la cantidad de 86.000 euros

El churrero siguió realizando este truco durante un año, llegando incluso a acudir al establecimiento fuera de su horario de trabajo para realizar consumiciones y continuar sustrayendo dinero sin que se dieran cuenta. El empleado llegó a robar 86.000 euros en total del negocio, solo con este método de estafa.

Cómo se dieron cuenta del delito

Este tipo de máquinas de cobro suelen tener un sistema infranqueable que evita la manipulación de dinero por parte de los propios empleados y de otras personas que acudan al negocio, por lo que el fraude no podía estar ahí. Tras una revisión de los propietarios, se dieron cuenta de una serie de descuadres entre los tickets de la máquina de cobro y la cantidad de dinero que había en el cajón de seguridad.

Los propietarios contactaron con el fabricante de la máquina para informarse del posible error del sistema, recibiendo la respuesta de que era imposible que el fallo fuera de la máquina. Tampoco podía ser un error al contar el dinero, sino que solo podía ser una estafa mediante una manipulación externa.

Finalmente y gracias a los vídeos de las cámaras de seguridad, vieron que uno de sus trabajadores manipulaba de forma extraña la máquina, introduciendo billetes para el cobro y provocando su devolución, obteniendo un cambio que no le pertenecía de la supuesta compra, el cual era un extra de su ganancia. El trabajador realizaba consumiciones propias incluso fuera del horario de trabajo, lo que era determinante para declararlo culpable.