Logo de Huffpost

Pinta su casa sin estar preparada para la carta que le manda su vecina: “he llorado”

No pidieron permiso a los vecinos para pintar la fachada de color morado, pero en lugar de una bronca encontraron una respuesta inesperada que ha terminado en un tatuaje.


La casa morada con la nota de su vecino
La casa morada con la nota de su vecino |Tiktok
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:

Una pareja decidió pintar su casa en un barrio situado en Michigan y no pidieron permiso a los vecinos para hacerlo. Fue una decisión propia que no ha dejado indiferente a nadie. El motivo no es otro que el color elegido, el morado. Cuando estuvo terminada, Maureen Clemos, la propietaria de la casa, junto a su partido Mike Peck recibieron una nota sorprendente.

Como contaron al medio Newsweek, su intención era conseguir “algo que nos distrajera y que nos alegrase la vida” después de unos meses en los que sólo habían recibido malas noticias. De modo que se atrevieron a pintar su casa entera de morado intenso, para que fuese visible desde lejos. Tardaron una semana en completar el trabajo y mientras ellos pintaban, los vecinos paseaban por su lado. 

“Una pareja que pasó en una bicicleta empezó a gritar ¡vengan morados!, ¡vengan lavandas!”, explicó Maureen, de 35 años. Muchos grabaron un vídeo y los publicaron en su red social Tiktok con lo que la casa morada consiguió una gran fama no sólo en Michigan, sino en todo el mundo.

Un libro y una carta misteriosa firmada por Chris

El tatuaje que se hizo Maureen, con un dibujo de su casa. | Tiktok

La sorpresa llegó cuando, meses después, casi en Navidad, Maureen abrió el buzón y encontró un libro infantil bastante usado que se llamaba ‘La casa púrpura del señor Pine’, de Leonard Kessler y una carta. 

Este papel estaba firmado por Chris, un vecino anónimo al que nunca pusieron rostro. En la carta, contaba que la casa, con ese color morado, le recordaba a un libro que había leído cuando era pequeño, que era uno de sus favoritos. Pero, además, le daba la enhorabuena por haber elegido un color poco convencional. 

“Espero que disfrutes la historia y que no te importe que ese libro se haya leído tantas veces”. Maureen se emocionó tanto que empezó a llorar. “Estábamos abrumados, nunca supimos quién la había escrito”. 

Entonces, tomó una decisión: se tatuó en la pierna la silueta de su casa morada y el tatuador, cuando vio el diseño, le contó que días antes, había pasado por delante de la vivienda y le había hecho una fotografía.

Otras polémicas sobre el color de las casas que se han hecho virales

El debate sobre el color de las casas no es nuevo. Cada cierto tiempo se hace viral en redes la historia de alguien que muestra un reto en el que lucha contra la uniformidad de las viviendas y casi siempre están envueltos en polémica. 

Por ejemplo, el caso de una mujer que pintó su casa de blanco aunque le dijeron que no lo hiciera porque rompía el paisaje urbano o una madre que quiso colorear la fachada de rosa aunque su hijo no estaba de acuerdo. 

Pero pocas historias acaban con tanto buen rollo y un mensaje tan potente: a veces, romper la norma del barrio no provoca odio, sino una cadena de gestos bonitos. Y sí, aún hay vecinos que dejan regalos anónimos en los buzones.