
La empresa de autobuses RATP ha abierto un procedimiento sancionador contra un conductor de autobús al que su volante se había desprendido mientras conducía un autobús de línea. La empresa, que le ha citado en una reunión para declarar, podría enfrentarse a un despido disciplinario.
El incidente tuvo lugar el 15 de marzo en la localidad de Pavillons-sous-Bois (Seine-Saint-Denis, Francia), cuando el conductor de un autobús de la línea 105 se encontró con el volante completamente suelto durante la marcha. A raíz del suceso, RATP ha remitido al trabajador una notificación formal, en la que se le cita para tomarle declaración. En la misma, se contemplan sanciones que pueden ir desde un apercibiendo, a una sanción disciplinaria y hasta un despido.
Según el documento interno, se acusa al conductor de haber realizado “un gesto manual similar al necesario para aflojar una tuerca sin herramientas”, lo que, según la versión de la empresa, habría causado que el volante se desprendiera.
Los técnicos no lo tienen muy claro
Por otra parte, varios técnicos de mantenimiento consultados por el medio L’Independant han puesto en duda esta versión y explican que “es materialmente imposible aflojar esa tuerca con la mano”, aseguró uno de ellos, al tiempo que otro apuntó que “se necesita un extractor específico para liberar el volante de su eje”.
Además del incidente técnico, la carta de la empresa menciona otros dos hechos. El primero, una supuesta conducción temeraria por llevar auriculares y utilizar el teléfono del autobús durante el trayecto, aunque desde el sindicato se defiende que “el conductor llamó a la central para alertar de la avería” y que “las grabaciones de las cámaras están para esclarecer situaciones, no para castigar”. En este sentido, Ahmed Berrahal, delegado sindical, critica que se vaya a sancionar y alude que “si cada conductor fuera penalizado por usar el radioteléfono en una emergencia, no quedaría personal operativo”.
Otro punto es determinar si iban personas en su interior, ya que según una parte decía que iba una persona a bordo, mientras que un certificado de la empresa dice que el autobús iba vacío.