
Cada 28 de abril, se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, un día para promover la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo. “Es una fecha de recuerdo de todas aquellas personas que han perdido su salud o su vida en el trabajo, pero también es una fecha de reivindicación y de demanda a la sociedad de más atención ante este problema”, señalan desde CCOO y UGT.
Unas reivindicaciones más que necesarias atendiendo a los datos de 2024: 1.181.202 accidentes de trabajo, de los que 628.300 provocaron una baja laboral y 796 fallecidos por accidente laboral, suponiendo un incremento de los accidentes mortales. En concreto, el año pasado se produjeron 75 muertes más que en 2023.
En este escenario, los sindicatos han querido proclamar una serie de medidas, comenzando, según Comisiones Obreras y UGT, por la modificación y modernización de la ley y la negociación y articulación de un Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral. “Los accidentes de trabajo, además de suponer un drama personal y familiar, demuestran que las condiciones de trabajo son inseguras e injustas”, han manifestado en un comunicado conjunto.
Reivindicaciones de CCOO y UGT
Además de la revisión de la normativa actual, desde ambos sindicatos han querido hacer un llamamiento por las víctimas del amianto, “que están sufriendo una situación realmente injusta” ya que, tras más de dos años de la creación del fondo de compensación para las víctimas de este agente cancerígeno, todavía no se ha aprobado el reglamento necesario para su puesta en funcionamiento.
Tanto CCOO como UGT han tachado de “intolerable” este retraso, instando al Gobierno a que desbloquee esta situación “de manera inmediata, concediendo unas indemnizaciones adecuadas y exentas de tributación del IRPF como ya se hace con otros colectivos”.
Del mismo modo, han hecho hincapié en la revolución tecnológica, los efectos del cambio climático, el impacto del trabajo en la salud mental y la longevidad de la población activa, que “suponen desafíos importantes para la seguridad y salud en el trabajo”, de ahí que reiteren la necesidad de actualizar la normativa. Señalando, entre otras, estas medidas:
- Cambiar la organización preventiva en la empresa.
- Avanzar en la calidad de los servicios de prevención y mejorar la protección de la salud mental de las personas trabajadoras, reforzando la prevención de los riesgos psicosociales.
- Acometer la diversidad generacional y la perspectiva de género en la gestión preventiva.
- Mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo en las pymes a través del refuerzo de la gestión preventiva.
- Hacerse explícita la obligación empresarial de evaluar y adoptar medidas que protejan la salud mental de las personas trabajadoras, “teniendo además en cuenta la transformación digital y el impacto de las nuevas formas de organización del trabajo”.
Además, han tachado de “inaplazable” la actualización del cuadro de enfermedades profesionales español para que sean incluidas, entre otras, las enfermedades mentales vinculadas al trabajo y dotarlo de perspectiva de género.
USO pide establecer una categoría de agresiones en los accidentes de trabajo
Por su parte, USO ha centrado su campaña por el 28 de abril en la prevención de las agresiones y el establecimiento de lugares de trabajo libres de violencia. En este sentido, solicitan contar con un epígrafe propio de agresiones y violencia en el trabajo en las estadísticas de siniestralidad y legislar para cumplir con el Convenio 190 de la OIT, sobre Eliminación de la Violencia y Acoso en el Mundo del Trabajo.
Desde el sindicato han manifestado que las agresiones en el trabajo han ido en aumento en los últimos años pero que, sin embargo, “las conocemos por datos parciales”. Por ejemplo, tal y como ha denunciado su secretaria de Acción Sindical y Empleo, Sara García, “el INSST ha elaborado estudios sobre el nivel de incidencia de la violencia laboral en algunos sectores y arrojan cifras preocupantes: 40% en sanidad, el 30% en educación, 20% en hostelería… Sin embargo, no podemos saber cuántos de los accidentes laborales en total son producto de una agresión”.
También según el INSST, casi el 16% de los trabajadores ha manifestado haber sufrido violencia laboral en el último año, incluyendo tanto la física como la psicológica. “El impacto de esta violencia se da tanto en la salud de los trabajadores como en el propio funcionamiento de la empresa y de todo el sistema de protección. Hay más bajas médicas, peor ambiente de trabajo, más rotación de personal... Por ello, desde USO pedimos que se legisle urgentemente sobre la prevención de la violencia en el trabajo y se dediquen recursos suficientes de Inspección para su aplicación”, ha reclamado Sara García.
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