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Una recepcionista de 78 años es despedida a un año de la jubilación y después de ser premiada como empleada del año: la empresa deberá indemnizarla con 73.000 euros

La trabajadora fue despedida “por su edad y por su discapacidad" según recoge la la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo.


Una mujer mayor
Una recepcionista de 78 años es despedida a un año de la jubilación y después de ser premiada como empleada del año: la empresa deberá indemnizarla con 73.000 euros |BI
Francisco Miralles
Fecha de actualización:

Los trabajadores que permanecen durante años en el mismo puesto pensando y confiándooslos que esa será su última etapa profesional antes de la jubilación. Aun así, en ocasiones, las empresas toman decisiones que interrumpen esa continuidad, incluso tras décadas de servicio. Eso fue lo que le ocurrió a una recepcionista de 78 años en Georgia, Estados Unidos, que llevaba más de 15 años trabajando en una residencia de mayores y fue despedida apenas un mes después de haber sido reconocida como empleada del año y a solo un mes de la jubilación. No conforme decidió llevar su caso a juicio a través de la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) donde se demostró que se trataba de un caso de discriminación por edad y por motivos de salud, por lo que deberán indemnizarla con 73.000 euros (78.000 dólares).

Según recoge el medio Business Insider, la recepcionista comenzó a trabajar en 2007 en la residencia Covenant Woods, situada en Columbus, Georgia, y gestionada por BrightSpace Senior Living. En enero de 2022 fue nombrada una de las “Empleadas del Año” por su trayectoria. No obstante, según la EEOC, fue despedida tan solo un mes después, tras sufrir un episodio de hipertensión mientras estaba en su puesto.

El 10 de febrero, la trabajadora fue trasladada al hospital desde la oficina. “Dos días después fue dada de alta”, y los médicos determinaron que el episodio fue consecuencia de una deshidratación, según la denuncia. A su regreso, se reunió con la dirección, que le preguntó “cuánto tiempo más pensaba seguir trabajando” y si realmente “necesitaba seguir haciéndolo”.

La empleada expresó su intención de continuar durante “uno o dos años más”, pero la empresa alegó haber “perdido la confianza” en su capacidad para desempeñar sus funciones y le ofreció tres alternativas que eran: trabajar un solo día a la semana, aceptar un traslado sin especificar o seguir como voluntaria sin remuneración. La trabajadora rechazó las tres y poco después recibió una carta de despido comunicando el fin de su contrato por una “decisión empresarial”.

Despedida por su edad y por su discapacidad

La EEOC afirmó en la demanda que la trabajadora fue despedida “por su edad y por su discapacidad o discapacidad percibida”, en violación de la Ley contra la Discriminación por Edad en el Empleo (ADEA) y de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA). También destacó que en 2017, durante una baja médica, el responsable de oficina ya le preguntó varias veces “por qué no se jubilaba”.

La empresa ha acordado abonar 73.000 euros (78.000 dólares), de los cuales 46.800 euros (50.000 dólares) corresponden a daños compensatorios y 26.200 euros (28.000 dólares) a salarios atrasados. BrightSpace y Covenant Woods resolvieron el caso sin admitir culpabilidad. “Hemos cerrado el caso debido al coste que suponía litigar”, señaló el director financiero de BrightSpace, Brian Hendricks, en un comunicado recogido por CBS News. “No admitimos ninguna conducta discriminatoria”.

No es un caso aislado

Según los datos del Departamento de Trabajo de EE. UU., en 2023 había casi 11 millones de personas empleadas con 65 años o más, lo que supone el 6,8 % de la fuerza laboral mayor de 16 años, frente al 3,3 % registrado hace dos décadas.

Este caso recuerda al de un trabajador en Argovia, Suiza, que fue despedido pocos días antes de su jubilación tras haber trabajado durante 25 años en la misma empresa. Aunque el tribunal consideró que el despido estaba justificado, determinó que la empresa debía haber actuado con mayor prudencia debido a la proximidad de la jubilación del empleado. Por ello, se le concedió una indemnización de 26.500 francos suizos (aproximadamente 28.000 euros).

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