
Sharon Tagle, de 68 años, es una jubilada que ahora lucha por sobrevivir y poder llegar a fin de mes. Cuando se alcanza la edad de jubilación, lo que esperan nuestros mayores es cobrar una buena pensión de la Seguridad Social que les haga olvidarse de estrecheces y puedan llegar con facilidad a fin de mes e incluso, con suerte, pagarse algún viaje que no pudieron hacer mientras trabajaban.
Es el caso de esta americana, residente en Florida, ha pasado toda su vida laboral en una empresa de venta de seguros donde tenía un buen sueldo e incluso cobraba incentivos. Al llegar a la edad de retiro, le quedó una pensión media de unos 1.700 euros al mes, (a pesar de los recortes de Trump) por lo que quiso vender su vivienda. Pero no lo ha conseguido y ha tomado la decisión, como otros muchos jubilados, de volver al mercado laboral.
Tras apuntarse en una oferta de empleo, ha conseguido un puesto de cajera con jornada parcial de 20 horas en un supermercado (Home Depot) donde gana 15 dólares (13 euros) por hora trabajada.
En una entrevista para Business Insider explica que está “preocupada por los datos de la inflación y, al mismo tiempo, porque no consigo vender la casa”. Su contrato es temporal pero espera que sus jefes tengan en cuenta la situación por la que está atravesando “·y pueda trabajar en estos próximos meses e incluso por más tiempo si sigo igual”.
“Pedí la jubilación porque no podía más, estaba agobiada”
La pensionista se lamenta de que tal vez se decidiera demasiado rápido a pedir la pensión de jubilación. “Siento mucho haber dejado mi trabajo, era demasiado pronto, pero me estaba agobiando y simplemente no quería trabajar más”.
Ahora vive en Florida, con su familia. “Sé que no he sido tan ahorrativa como debería haber sido, lo pasamos bien… y ahora no tanto”. Cuando dejó su trabajo para pasar a ser jubilada tenía 250.000 dólares en el banco (217.000 euros) y una pensión que, sumada a la de su marido, era de 3.400 euros al mes.
En ese momento, tomaron la decisión de mudarse desde su Estado a otro en el que el coste de la vida fuese más bajo, por lo que pusieron en venta su casa hace dos años. Pero, por mucho que lo han intentado y mostrado a posibles interesados, ninguno la ha comprado.
La Seguridad Social estadounidense y el seguro médico preocupan a los jubilados
En Estados Unidos (EEUU) las principales preocupaciones de los jubilados pasan por el seguro médico (Medicare) y el futuro del Seguro Social. Se trata de prestaciones imprescindibles para seguir el ritmo del alto coste de la vida ya que a esto hay que sumar los riesgos de tener el dinero en el banco.
Los sistemas de ahorro tampoco son seguros, ya que los aranceles de Trump están llegando a los rincones más insospechados. Entonces, como ha hecho Sharon, los jubilados tienen que regresar al mercado laboral, darse de alta de nuevo y revisar bien sus contratos para saber si supondrán beneficios a la larga.
El edadismo sigue siendo el principal problema
Amanda Clayman, terapeuta financiera, ha señalado en BI que conoce perfectamente la problemática de miles de personas mayores en Estados Unidos, pero que la situación es compleja. Esto se debe en buena parte al ‘edadismo’ una situación por la que los mayores de 45 o 50 años son “expulsados del mercado laboral”.
“Todas las personas deben tener las puertas abiertas para un buen número de empleos porque en muchas ocasiones necesitan un ‘empujón’ a sus finanzas”. “Ya no es encontrar el trabajo adecuado, sino el que más convenga. Hay que tener en cuenta que muchos estadounidenses mayores ya están aceptando empleos temporales o a tiempo parcial incluso cuando no les gusta”.