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“No quiero echar a mi hermana y a mis sobrinos, pero tampoco heredar una casa que no voy a usar”: los problemas de una herencia compartida

Una de las hijas reside desde hace años en la vivienda con sus hijos y no tiene ahorros ni ingresos para poder comprar la mitad y quedarse allí.


Una mujer mayor mirando por la ventana
Una mujer mayor mirando por la ventana |Envato
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:

Una anciana ha dejado constancia en su testamento de que, cuando ella fallezca, sus dos hijas sean las herederas de la casa donde reside. Esto parece normal, más aún entre familiares que están bien avenidos, pero, ¿dónde está el problema? En que una de ellas, junto con toda su familia, vive allí. Y que la otra que ya es independiente no quiere renunciar a su parte de la herencia, pero, por otro lado, no va a dejar a su hermana y sobrinos en la calle, sin hogar.

La historia, que parece el guion de una película, está sucediendo en Irlanda, donde heredar una vivienda compartida genera dudas fiscales y conflictos entre familias. Una de las hermanas ha contado su historia en el periódico Irish Times. “Es poco probable que mi hermana pueda recaudar fondos para cubrir el valor de mercado del 50% de la propiedad”, cuenta en su consulta.

Luego explica que a ella, el dinero de la casa le vendría muy bien porque aunque tiene su propia vivienda, está pagando una hipoteca “elevada” y a pesar de que en la cuenta bancaria tiene dinero ahorrado, este tiene fecha de caducidad. En el lado opuesto, que “no quiero ver a mis sobrinos y a mi hermana sin casa”. 

Las dos saben que, cuando su madre fallezca, la única herencia (dinero en efectivo aparte) es la vivienda que les quedará a partes iguales. Por eso, la hermana que vive fuera de la casa quiere llegar a un acuerdo justo. “Heredar el 50% de una casa con la que no puedo hacer nada no es la solución”.

Qué pasa si una hermana compra su parte a la otra

Uno de los problemas con los que se encuentran estas dos hermanas irlandesas es que, mientras que la que no vive en esa casa tiene la vida más o menos resuelta (cuenta con un sueldo con el que pagar la hipoteca), la que está residiendo en la vivienda que aparece en el testamento apenas tiene ingresos. Y por si eso fuera poco, vive con su madre. 

Mi hermana casi no llega a fin de mes, y no creo que ningún banco le dé una hipoteca para que pueda pagarme el 50% de la casa”, explica al medio antes citado.

Aunque este caso se ha dado en Irlanda, la norma en España es clara. Se permite renunciar a una herencia, pero no modificar a voluntad lo que se recibe. Esto es, que se podría rechazar el 50%, pero no decidir que solo quiere el 25%. Cuando renuncia, la parte no se reparte como ella quiera, sino que queda en el testamento de forma ‘residual’.

En los casos en que este documento tenga la llamada cláusula residual, el 50% se repartiría entre los herederos que sí puedan asumirlo. De modo que, en este caso y por ejemplificar, una se quedaría con el 75% y la otra con el 25%.

El Impuesto de Sucesiones sería otra carga económica más

Ahora entran en juego los impuestos. Como apuntan desde el periódico digital, las dos hermanas tiene derecho a una exención de hasta 400.000 euros, por herencia directa de un progenitor. En este caso, si la casa vale menos de 800.000 euros, ninguna de las dos tendría que pagar el Impuesto de Sucesiones.

Pero en el caso en que la vivienda supere ese valor en la tasación, la que reciba más umbral deberá hacerse cargo del 33% sobre el exceso. Y en muchos casos, esto podría desembocar en que alguna de las dos decidiera renunciar a su herencia.

La respuesta del experto en herencias

Una vez que se ha expuesto el caso en el consultorio, es el momento de que el experto en herencias de este periódico emita su opinión. Considera que esta situación es muy complicada, porque las dos hermanas saben que lo último que quiere su madre es que su herencia genere divisiones entre ellas. Por eso, lo mejor sería sentarse a hablar con ella antes de que llegue el momento.

En esa conversación, se podría acordar una modificación del testamento de modo que se refleje una situación más adaptada a la realidad. Esto es, que se podría dejar un porcentaje más elevado de la vivienda a la hermana que tiene más posibilidades económicas. 

Esta diferencia estaría compensada por otras cláusulas o condiciones especiales. Es recomendable que para estos casos se cuente con el asesoramiento de un experto gestor o en temas de herencias.