Los españoles apuran la última quincena del mes rey de la época estival, la que está resultando la más cara de los últimos tiempos, dispuestos a vaciar la cartera en plena época de inflación. Nunca había costado tanto veranear. Al menos es lo que registran los datos oficiales, que registran una subida de los paquetes turísticos de más del 10%. Concretamente del 10,7%.
Además, hay un factor que todavía no se puede medir y que acaba resultando diferencial: la demanda. Tras dos años de semiparón, que sea el primer verano libre de restricciones sanitarias, ha disparado las solicitudes y las reservas. En el sector lo denominan el ‘efecto champán’.
"Evidentemente si hay un exceso de demanda, que es lo que previsiblemente va a pasar, puede producirse mayor incremento en los precios. Lo que pasa es que nosotros creemos que ese efecto champán se va a diluir. De lo contrario sería muchísimo y tendría un efecto fatal", afirma Carlos Garrido a la Cadena SER, presidente de Confederación de Agencias de Viajes.
La inflación cambia la forma de hacer turismo
Paquetes vacacionales de destinos de postal o de foto idílica de Instagram como Nueva York, Riad, Tokio o Río de Janeiro se van a casi, como mínimo, los 2.000 euros, señala también Emilio Gimeno, director de la Agencia TGM. La gente, por tanto, se ve obligada a limitarse al ámbito turístico internacional si no quiere ver comprometida una economía amenazada por un IPC del 10,7%.
Pero señalan que la gran diferencia de precios llega en el transporte, con el sobrecoste de los combustibles más marcado de la historia. España se sitúa, según los datos del Boletín Petrolero Nacional, entre los diez países donde la gasolina y el diésel son más caros. Llenar el depósito, de media, cuesta 47 euros más (un aumento del 69%).
A ello se suman las sucesivas huelgas de los tripulantes de cabina, como EasyJet, Ryanair o Iberia Express en el sector aéreo, que ha reducido de forma general un 8% la oferta de vuelos que en el inicio de las vacaciones estivales prepandémicas de 2019. De esta manera, la opción más aconsejable es el tren. Los AVE, Avlo y Larga distancia de Renfe han visto aumentar su oferta.
Según los datos que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE), los hoteles están un 45,4% más caros que el año pasado. Y el de los apartamentos turísticos característicos de Airbnb o Booking, un 36,5%. Esto ha provocado que el 21% ya haya optado por cambiar sus planes de vacaciones para este año, indica la OCU. Por ello, los campings, que sólo han visto incrementar sus precios un 3,8% en los últimos tres años, y los alojamientos de turismo rural, un 8,7%, sean dos de las opciones preferidas.
Septiembre pinchará el globo del aumento de precios
Aprovechando este terreno, los dueños de los establecimientos se escudan en las subidas de precios para recuperar lo perdido durante la pandemia. Al menos así lo apuntan desde la OCU. Así, por ejemplo, los menús del día han llegado a aumentarse cerca del 20%, alerta un estudio llevado a cabo por ‘La Vanguardia’.
Las agencias virtuales, las reinas del mercado, suben aún más ese aumento generalizado del 10,7% del paquete vacacional hasta el 14% en el ámbito nacional y del 18% en el internacional. “Sí que pensamos que para el mes de septiembre se va a notar mucho la inflación y van a bajar las reservas; pero de momento esto no está haciendo que la gente deje de viajar", afirman, señalándolo como la opción más inteligente.
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