El informe ‘oculto’ de Trabajo: la subida del SMI aumentó el paro entre mujeres, jóvenes y migrantes

Un estudio elaborado por la Fundación Iseak a petición del Ministerio de Trabajo y desvelado ahora a solicitud del Consejo de Transparencia, revela los daños colaterales que tuvo la medida en 2019. ¿A quién afectó más y que consecuencias tuvo?

Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz
Javier Martín

La subida del salario mínimo interprofesional (SMI) también presenta daños colaterales. Al menos, en términos de empleo. Si bien es cierto que aumentar la cuantía retributiva mínima que recibe un trabajador por su jornada laboral es efectivo por experiencia en base a casos pasados, pero también posee efectos negativos. Es decir, esta estrategia también posee cara B, tal y como afirma un estudio de la Fundación Iseak hasta ahora desconocido.

Aumentar el SMI para reducir la desigualdad salarial funciona, tal y como evidencia el propio informe, que fue encargado por el Ministerio de Trabajo pero que también se encargó de ‘ocultar’ sus conclusiones. Así pasó en 2019, cuando el actual Gobierno de coalición decidió subir el SMI un 22,3%, hasta los 900 euros. Un 9% de la población asalariada se vio beneficiada por la medida: casi 16 millones de personas. Pero aumentó el paro entre mujeres, jóvenes y migrantes.

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El motivo de que Trabajo lo metiera al fondo del cajón de su archivador de documentación fue el de calificarlo con la etiqueta legítima de material no público. Sin embargo, el Consejo de Transparencia solicitó el pasado mes de septiembre el informe a Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, que se encargó de sacarlo a la luz.

¿A quién afectó más la subida del SMI en 2019?

La principal enseñanza del informe elaborado por el grupo de economistas dirigido por Sara de la Rica es la que que posee sus riesgos en el empleo. Y es también la que se espera que siente precedentes (si no lo ha hecho ya) a la hora de calibrar si la conveniencia o no de establecer futuras subidas del SMI. La medida tuvo un efecto casi inocuo en cuanto al paro o el reajusta de la jornada laboral durante los primeros meses. Algo que comenzó a cambiar a partir del sexto.

Entre el sexto mes y prácticamente el año de la subida, el desempleo en el colectivo afectado (mujeres, jóvenes y migrantes) aumentó casi un 2%. Aunque hay que reseñar que el documento no explicita de cuánto fue exactamente esta destrucción de empleo, al no precisar la tasa de paro del colectivo un año antes de la fecha. Sin embargo, sí que indica que tuvo más repercusión para los contratados a jornada completa y a los mayores de 30 años hacia arriba. Es decir, sus efectos son asimétricos.

"También existe un ligero ajuste en horas trabajadas que, al igual que en la pérdida de empleo, es nulo a corto plazo pero se torna ligeramente negativo con el tiempo. Es, en cualquier caso, de menor intensidad que el de la pérdida de empleo", reconoce el informe.

Reducir la desigualdad subiendo el salario repercute en el empleo

Es la paradoja del SMI a la que alude el estudio de la Fundación Iseak. Reducir las brechas de desigualdad económico ejecutando para ello una subida del SMI tiene sus consecuencias en el empleo, destruyendo empleo para unos más que para otros. Pero sin embargo, precisa que esta estrategia tiene más pros que contras: "Hay un descenso importante en el número de personas asalariadas por debajo del nuevo SMI y, al mismo tiempo, un aumento destacado en torno al nuevo SMI".

Además, lanza un consejo ante la posible nueva subida que plantea Trabajo, proyectada sobre los 1.100 euros y para la que hay prevista una reunión en diciembre. A juicio de sus conclusiones, resulta "fundamental que, ante futuras subidas del SMI, se continúe evaluando el impacto de las mismas en el mercado laboral y, además, se expanda el análisis a otros ámbitos que han quedado fuera de este trabajo como puede ser el impacto desigual por sector de actividad, tamaño de establecimiento o por territorios", subrayan.

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