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Va a la peluquería, pide unas extensiones de 500 euros y acaba recibiendo una famosa estafa del bizum inverso

Esta peluquera cuenta cómo una clienta va a su salón de peluquería y después de largas horas de trabajo para ponerle unas extensiones de pelo la intentan estafar y deja dinero a deber.


Peluquera en Tiktok
Va a la peluquería, pide unas extensiones de 500 euros y acaba recibiendo una famosa estafa del bizum inverso |Tiktok
Redacción Noticiastrabajo
Redacción Noticiastrabajo
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Una peluquera de Roquetas de Mar, en Almería, ha denunciado en redes sociales que ha sido víctima de una nueva estafa en su salón. Según relata, una clienta se negó a pagar un servicio valorado en más de 500 euros, utilizando diversas excusas y dejando como garantía lo que aparentaba ser un anillo de oro. La profesional relató lo ocurrido en un vídeo publicado en TikTok: “Yo ya sabía que esta clienta me iba a dar problemas, no me daba buena vibra”, comentó. Al parecer, la clienta acudió al salón la semana anterior para solicitar un presupuesto para unas extensiones capilares de gran longitud y densidad. El establecimiento le dijo que era entre unos 450 y 500 euros, a lo que acepto y abonó 50 euros como señal para reservar su cita.

“El día de la cita, todo parecía ir bien. Le expliqué cómo iba a ser el trabajo y le probé el largo de las extensiones antes de colocarlas”, relató la peluquera. Aun así, cuando ya llevaba la mitad del trabajo realizado, la clienta dijo que no podía pagar. “Me tienen que hacer un Bizum, me dijo. Y ahí ya supe que la cosa no iba a acabar bien”.

Una vez terminado el servicio, que incluía color, corte y colocación de las extensiones, la clienta entregó solo 90 euros en efectivo. Aseguró que el resto lo recibiría por Bizum, pero lo que realmente llegó fue una solicitud de cobro. “Me llega un Bizum de 250 euros… pero no ingresado, ¡me lo estaban pidiendo a mí!”. Es decir, intento aplicar la estafa del Bizum inverso, en el que la persona cree que recibe el dinero, pero en realidad lo que esta haciendo es enviarlo.

“Yo creo que intentaban estafarme dos veces: no pagar y además hacerme pagarles”, explicó. Finalmente, una hora más tarde y con el salón ya cerrado, recibió un ingreso parcial. Todavía quedaban 160 euros pendientes. La clienta propuso entonces que la peluquera la acompañara a su casa para recoger el dinero. “Le dije que no, que yo no tengo por qué llevar a nadie a su casa a que me pague. Que lo traiga quien sea, pero aquí.” Más tarde regresó con 70 euros en efectivo, aunque aún faltaban 40.

“Se quitó un anillo y me dijo que era de su madre, que tenía mucho valor sentimental. Que volvería al día siguiente con los 40 euros. Yo sabía que no iba a volver.” Una semana después, la deuda sigue sin saldarse y el anillo permanece en el salón. “No sé si es de oro, ahí lo tengo guardado. Lo único que sé es que me intentaron tomar el pelo.”

En el vídeo que publicó, la peluquera reflexionó sobre lo ocurrido. “Yo no voy a permitir que vengan a mi salón y no paguen. No juego ni con mi tiempo ni con mi trabajo.” También confesó que esta experiencia la ha llevado a endurecer sus condiciones con nuevos clientes. “Pido reserva por adelantado, que firmen formularios… Ahora me estoy planteando pedir el 50% antes del servicio en las extensiones.”

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