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Usar (o no) las cajas de autopago: entre el ahorro de tiempo y el no servicio del empleado

Las nuevas formas de autopago, automatizando el proceso de cobro, no ha terminado de cuajar entre los consumidores


Autopago
Una clienta usa una caja autopago en un supermercado. |Unsplash
Redacción Noticiastrabajo
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Fecha de actualización:

El autopago en tienda ha ido ganando adeptos. Y es que más del 80% de los españoles valora la intimidad o el evitar conversar a la hora de confiar en las cajas de autopago por encima del pago con personal de caja. El 74% de los compradores que lo han utilizado en alguna ocasión tiene previsto hacerlo con más frecuencia en el futuro, según datos de Capterra

Porque la manera de comprar en el supermercado, una invención emblemática del siglo XX, surgida en 1937 en Estados Unidos, ha experimentado pocos cambios significativos desde su creación por un dueño de supermercados que notaba que sus clientes dejaban de comprar si les pesaba demasiado la cesta que llevaban. Sin embargo, la llegada de la era digital ha impulsado a los minoristas a repensar este elemento esencial de la compra. 

El autopago satisface a los jóvenes, pero no a los más mayores 

Aquí, las nuevas formas de autopago están equipadas con una pantalla táctil, un escáner integrado y dos cámaras estratégicamente ubicadas. Esta tecnología es la que permite identificar automáticamente cada producto que se coloca, eliminando la necesidad de escanear manualmente los códigos de barras. El sistema registra al instante la marca, el peso y el precio del artículo mediante una combinación de reconocimiento visual y pesaje. 

La intención es automatizar el proceso de cobro de forma que sea el cliente que hace la compra quien realice una función hasta ahora atribuida al personal de caja, cobrando los productos y guardándolos en bolsas. Implementadas desde hace varios años en muchos puntos de venta, el crecimiento de esta forma de pago es continuo 

De todas formas, un estudio publicado por el Banco de España concluyó que el pasado 2024 el 65% de la población usó el efectivo a diario, y para el 60% continuó siendo el medio de pago principal o más habitual para la realización de las compras en comercios físicos en España. 

Proyectos como Amazon Go, sin presencia de personal, quedaron desechados 

Además, países como Estados Unidos o China llevan años apostando por ellas, incluso con tiendas donde solo existen estos terminales, sin presencia de personal. El ejemplo más cacareado es quizá Amazon Go, que lo puso en práctica en 2016, publicitada como un supermercado sin dependientes. Pero casi diez años después, el proyecto se ha desinflado y lejos de haber planes de expansión se han cerrado puntos de venta. 

Por otra parte, y como algo que también ha hecho porque se deje de usar este sistema en ciertos puntos españoles es que como ocurre con la banca digital, la elevada edad de algunos consumidores y la imposibilidad de contar con conocimientos para enfrentarse a un proceso nuevo y desconocido, hacen que las cajas de autopago no acaben de 'cuajar' entre los consumidores. 

Las dificultades para aplicar los pasos del proceso, para desalarmar la ropa o pasar los códigos de barra por el lector, son solo algunas de las trabas a las que se enfrentan los consumidores de mayor edad. Un sistema que, por contra, sí que cala entre el público joven que prioriza su tiempo y se encuentra más familiarizado con este tipo de sistemas digitales, aunque muchos de ellos siguen prefiriendo el sistema convencional por "desgana".  

Aldi y Alcampo dejan en el aire a más de 74.000 empleados por el autopago en caja 

Asimismo, hay supermercados como Aldi y Alcampo que han ido avanzando hacia un modelo donde la tecnología sustituye al factor humano, dejando en el aire el futuro de más de 74.000 empleados en toda Europa. Ambas cadenas, líderes en la gran distribución, fueron poniendo en marcha sistemas que no solo automatizan el pago, sino que también reemplazan tareas clave que antes realizaban los trabajadores.  

A nivel general, las grandes superficies se enfrentan a la solicitud de asistencia, la alta cantidad de personas mayores o que no manejan con agilidad esta tecnología, o la complicada gestión de los cupones descuento en las cajas de autopago. 

Otro de los datos a tener en cuenta es que a cuatro de cada 10 consumidores les molesta tener que esperar para pagar, pero más de la mitad prefiere ser atendidos por un dependiente, como concluyó el Primer barómetro sobre medios de pago y métodos de autenticación elaborado por Aecoc Shopperview en colaboración con Bizum, Google, PayPal y Stripe.