La manicura rusa se caracteriza por el uso de una técnica para el tratamiento de las uñas y cutículas que implica el uso de herramientas eléctricas. Este tipo de manicura es conocida por su precisión y por conseguir un acabado más limpio, lo que le está dando gran popularidad entre las personas con tendencia a buscar la ‘perfección’.
Para la ejecución de esta técnica se empieza por la preparación de las uñas. Para ello, se empieza por una exhaustiva limpieza de las manos y las uñas a fin de eliminar los restos de esmalte. Posteriormente, se hace uso de una lima eléctrica para levantar, exfoliar y eliminar las cutículas y la piel muerta.
Una vez terminado el tratamiento de las cutículas con la fresa, así se llama la lima eléctrica por la que se distingue este tipo de manicura, se procede a dar forma a las uñas y, si así se desea, a la aplicación del esmalte para el resultado final. El resultado obtenido tras finalizar el proceso es visiblemente más preciso que con la manicura tradicional, pero, como advierte la OCU, esto puede llegar a provocar infecciones.
Cuáles son los riesgos de la manicura rusa
Desde la OCU han querido avisar de los posibles problemas sanitarios que esconde la nueva manicura de moda. Aseguran que, al agredir la cutícula, que es ‘la barrera protectora natural de la uña’, estamos favoreciendo la entrada de agentes patógenos.
Haciendo referencia a la academia americana de dermatología, desde la Organización de Consumidores y Usuarios aseguran que esta práctica puede ocasiones infecciones como la paroniquia. Bacterias y hongos infectan la zona, la piel que rodea la uña se inflama y esto produce una decoloración de la uña y dolor.
Por otra parte, puede derivar en una distrofia ungueal, que es una distorsión de la estructura natural de la uña. Esto se debe a la inflamación producida por la agresividad del tratamiento. Se puede manifestar en forma de engrosamiento, decoloración, debilidad, formación de surcos o deformidades y, en casos más extremos, en el desprendimiento de la uña.
Recomendaciones para prevenir infecciones
Para evitar cualquier tipo de infección o daño en las uñas solo hay que tener en cuenta una serie de pautas muy sencillas. En primer lugar, hay que evitar tocar las cutículas o limar la superficie de la uña. En caso de querer recurrir a la manicura rusa, aun conociendo los riesgos, se recomienda que se haga solo de forma ocasional y con una frecuencia mínima.
Para mejorar el aspecto de las cutículas sin tener que dañarlas solo hay que mantener las manos hidratadas y protegidas. Para mejorar su estado y apariencia es importante mantener los niveles de colágeno en el organismo, además de evitar el contacto directo con químicos o con otro tipo de productos que dañen la piel.
Por último, corrobora bien la higiene y métodos de los centros estéticos donde acudas a hacerte las uñas. Independientemente del proceso que ejecuten, comprobar que esterilizan los instrumentos del tratamiento de uñas después de cada uso te puede ayudar a prevenir infecciones innecesarias.
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