
Lo que prometía ser un trabajo sencillo para sacarse algo de dinero se convirtió en la peor experiencia laboral de su vida. Génesis Daniela Gil (@ggenessita) ha relatado en un vídeo de TikTok que ya acumula casi medio millón de reproducciones, su paso como empleada en una tienda de zapatos donde el compañerismo brillaba por su ausencia hasta que se convirtió en su peor pesadilla.
La historia arranca con un ambiente que para la joven parece perfecto: una plantilla joven, chicas de entre 21 y 23 años y hasta una encargada de su misma edad. Pero desde el minuto uno, Génesis nota que la cosa no cuadra. “Yo hacía esfuerzos para caerles bien a ellas, pero ellas como que me hacían el vacío todo el rato”, cuenta en el vídeo. Las bromas, las confidencias y hasta los planes quedaban solo para las demás, mientras ella sentía cómo la ignoraban día tras día.
La encargada que hace de todo menos liderar
Y aquí entra en juego ‘Paca’, nombre ficticio que le ha puesto la protagonista a la segunda encargada, que tiene su misma edad. Según Génesis, la chica que parecía más simpática y risueña con todo el mundo era justo la que más la machacaba a ella: “Me hablaba con prepotencia, no me miraba a la cara, me hacía tonos de asco, fatal”.
El colmo llega cuando, tras semanas de vacíos y comentarios, Paca le suelta a Génesis, sin cortarse un pelo: “Quiero que las cajas estén guardadas en menos de cinco minutos, que aquí no estamos para tocarnos el coño”.
Humillaciones, ansiedad y un ambiente infernal
Desde ahí, todo va cuesta abajo. La joven reconoce que iba al trabajo “con ansiedad”, temiendo cómo la iban a tratar ese día. “Yo iba callada, hacía mi trabajo callada y me iba a mi casa”, confiesa. Cuando por fin intenta poner límites y pide que no le hablen mal, la respuesta es todavía más surrealista: “¿Porque tú lo digas?”, “Es que a lo mejor eres tú muy sensible”.
Otro detalle que le molestaba era la diferencia de trato entre las trabajadoras. Génesis relata cómo a una compañera le sujetaban el pelo si se encontraba mal en el baño, pero a ella, no le daban ni una pastilla para el dolor de regla.
Además, cuando intentaba tomarse un respiro, le exigían rapidez, mientras la propia encargada se dedicaba a “plancharse el pelo, grabar tiktoks, vapear y llamar al novio en horario laboral”. “Literalmente el almacén era un circo”, sentencia.
Finalmente, tras una discusión, la encargada la despide y le pide que le enseñe el bolso delante de todas sus compañeras, como si fuese una ladrona. Génesis, sin montar un escándalo, accede y se va. “Jamás he tenido ansiedad, jamás he tenido depresión, pero por ese trabajo he sufrido tanto…”
“Lección de hoy: no ser como Paca”
Ahora, desde otro trabajo donde sí la tratan bien, Génesis lanza un mensaje claro: “Trabajos de dependienta hay mil, lo importante es no dejar que te machaquen”, aconseja. Y remata con una frase final: “Lección de hoy: no ser como Paca.”
En TikTok, el vídeo no para de sumar comentarios de gente que ha vivido lo mismo: “Te entiendo tantísimo”, “Me pasó igual con 23 años trabajando en una fábrica”, o “Ser adulto y trabajar es darte cuenta que el bullying no se queda en el instituto”.
Las excompañeras responden: “Mentirosa”
La historia no se quedó ahí. Tras publicar su vídeo, Génesis recibió varios mensajes de sus excompañeras (y de la propia Paca, aunque fuera desde otra cuenta) acusándola de mentir y de exagerar lo vivido:
“Tú lo que eres es una pedazo de mentirosa, las cosas se hablan en persona, no por aquí, que te crees que eres alguien sin tener ni un solo seguidor…”
“Me parece de poca vergüenza utilizar la palabra maltrato, una palabra muy fuerte, al igual que una mentira. Si hablas cuenta todo y haz autocrítica…”
Las respuestas, lejos de mostrar empatía, insisten en que todo es cosa de “exagerada” y que si tanto le dolía la regla, que se hubiera ido al médico, como hacen otros con enfermedades “más graves”. Génesis no se ha callado y ha respondido punto por punto en un nuevo vídeo, desmontando los argumentos y dejando claro que, tras meses de malos tratos y ninguneos, acabó yéndose antes de cumplir los 15 días porque ya no podía más. “La realidad de los hechos te hace quedar como mala persona, eso no es mi problema”, sentencia.