Un hombre ha llegado a ser jefe de la sección de panadería y bollería de un supermercado Auchan solo con un certificado vocacional que obtuvo mientras trabajaba, y ahora su salario es el doble que cuando empezó en la empresa, allá por 1987. Este gerente de alimentación cobra actualmente en torno a los 2.875 y 3.313 euros, más pluses o bonificaciones mensuales y anuales.
Christophe Grevendal, de 55 años, lleva 38 años asegurando que todo funcione correctamente en su departamento, dirigiendo "una pequeña empresa dentro de una empresa". Así considera su trabajo este gerente de Auchan, que saca adelante a diario tanto el trabajo de gestión del equipo como el de producción y seguimiento de las ventas.
Actualmente lleva tres años liderando el departamento de panadería y pastelería en la tienda Noyelles-Godault, en Pas-de-Calais. “Siempre quise ser pastelero”, asegura Christophe. Desde los 14 ya echaba una mano en casa de algunos amigos panaderos y pasteleros de sus padres en Roubaix.
Empezó solo con un certificado profesional
Solamente con su certificado profesional en pastelería, chocolatería, confitería y heladería, empezó en 1987 trabajando con un artesano antes de intentar dedicarse a la panadería. Pero una alergia a la harina lo obligó a dejarlo. Todo cambió en octubre de ese mismo año, cuando vio una oferta de trabajo como pastelero para las vacaciones de fin de curso en Auchan Leers.
“En aquella época, la gran distribución estaba un poco denigrada en las escuelas. Pero quería formarme mi propia opinión. Tres meses después, me ofrecieron un contrato indefinido”, recuerda Christophe.
Desde entonces ha seguido unido a la marca Auchan. De pastelero pasó a jefe de taller en 1990 en Auchan Roncq, y en 1993 ya era segundo al mando, dirigiendo a una veintena de personas. Con el tiempo siguió subiendo hasta convertirse en jefe de pastelería en el año 2000, en la misma tienda.
“Realicé un curso de formación de nueve meses para aprender gestión, sin dejar de trabajar”, comenta. En todo este recorrido ha pasado por diferentes departamentos: carnicería, catering, snacks… cambios posibles gracias a la formación interna. “Auchan nos forma cuando cambiamos de departamento: podemos formarnos entre colegas o en otras tiendas”, explica. Esa versatilidad lo ha mantenido siempre dentro del mundo de la alimentación, “donde me siento útil y cercano al sector”, subraya.
Esa conexión con el campo es lo que lo motiva cada día. Aunque ya no puede estar directamente expuesto a la harina en los talleres, Christophe no se despega de su trabajo. Se encarga personalmente de que todo el suministro funcione bien. “Llego desde las 7:00 a. m. y termino sobre las 6:00 p. m., pero mi horario cambia constantemente”. Suma unas 45 a 50 horas semanales.
Y si hay algún imprevisto en el equipo, no duda en ponerse la bata. “Puedo empezar a las 3 de la madrugada si es necesario. Ayudo con el embalaje y la instalación. Soy gerente, pero sigo siendo una persona práctica”, nos recuerda Christophe.
Su estilo de gestión es cercano. “Nuestro trabajo también consiste en ayudar a las personas a crecer. Las formamos, las apoyamos. Somos líderes empresariales a nuestra propia escala”. Desde su pequeño espacio de 18 metros cuadrados de superficie de venta, dirige a 38 empleados que preparan más de 80 tipos de pan al día, siguiendo hojas de producción pensadas para cumplir los objetivos de facturación.
Ha pasado de cobrar 1.690 euros a 3.313 euros
En cuanto al salario, la evolución ha sido clara. Un pastelero que empieza gana unos 26.000 euros brutos al año (alrededor de 1.690 € netos al mes). Un gerente junior, unos 40.000 euros brutos (unos 2.500 euros netos). En perfiles más experimentados, como el de Christophe, la cifra puede llegar a entre 46.000 euros y 53.000 euros brutos anuales, o entre 2.875 euros y 3.313 euros netos mensuales. A eso se suman bonificaciones, participación en beneficios, seguro médico, la tarjeta Waaoh con descuentos del 10 al 15 %, cheques restaurante y el comité de empresa.
Ahora que la jubilación empieza a asomar en el horizonte, Christophe lo tiene claro: quiere terminar su carrera en Auchan. “Estoy prosperando en mi puesto. No descarto mudarme, quizás a la carnicería, pero siempre dentro de mi región”, concluye.

