
Un hombre de 93 años que trabaja en un supermercado se niega a jubilarse porque afirma que le gusta su trabajo y no tiene planes de dejarlo. Tras una larga carrera trabajando en la industria electrónica y en el ejército, este apasionado de su trabajo se unió a la cadena de alimentación Waitrose en 2011 y todavía continúa como empleado afirmando que “es muy divertido” y que no lo siente como un trabajo, sino “más como un juego, para ser honesto".
John Shipton es de esos casos que quieren ‘trabajar hasta la muerte’, porque no gestionan bien la retirada o les parece aburrida la jubilación. A sus 93 años afirma gustarle su trabajo en el supermercado y dice que no tiene planes de dejar de hacerlo. Es más, en una reciente entrevista con Business Insider, declara que le queda cuerda en su actual empleo: "Creo que me quedaré un rato; no me iré corriendo a los 95".
Este anciano trabaja tres días a la semana y empieza su jornada a las 8 de la mañana en la caja de un supermercado de Exeter, en el suroeste de Inglaterra. Concretamente en Waitrose, una cadena de supermercados británica de lujo a la que se unió en 2011 con un contrato de tres meses, antes de que le ofrecieran un puesto permanente. No se diferencia de sus compañeros, salvo por sus 93 años. Desde que trabaja en Waitrose, cada semana atiende a los mismos clientes, con quienes afirma tener una gran relación: "Cada semana los mismos clientes vuelven una y otra vez", dijo. "Son geniales, me encantan".
A pesar de su edad, él no ve el trabajo como una obligación: “No lo siento como un trabajo; es más como un juego, para ser honesto”. Para él, su actividad diaria no implica esfuerzo, sino entretenimiento.
Conoció Waitrose gracias a un libro de su fundador
Describe a Waitrose como un empleador ejemplar. Apenas llevaba cuatro años en la compañía cuando sufrió una fractura de cadera mientras hacía jardinería. Durante su recuperación, la empresa le concedió tres meses de baja remunerada. “Y cuando regresé, se aseguraron de que tuviera todo lo que necesitaba para hacerme la vida más fácil”, recuerda agradecido.
Shipton decidió postularse a un empleo en Waitrose tras leer un libro sobre John Spedan Lewis, fundador de John Lewis Partnership, la cooperativa que gestiona tanto Waitrose como los grandes almacenes John Lewis. Este modelo empresarial, donde los trabajadores son copropietarios, le pareció inspirador. “Pensé que sería un buen trabajo para este hombre”, afirmó. “Pensé que, aunque murió, su negocio seguía funcionando, y funcionaba tal como lo habían organizado”.
Dejó la universidad para irse al ejército: “no me estaban enseñando lo que quería saber”
Antes de entrar en Waitrose, trabajó en otro supermercado durante seis años, aunque sin llegar a sentirse completamente cómodo. Su trayectoria profesional fue variada: desempeñó funciones en el sector de la electrónica, como controlador de mantenimiento en su ayuntamiento y como programador informático independiente. También dedicó tiempo a reparar muebles antiguos.
Shipton asistió a la universidad durante dos años, pero no terminó los estudios. “No me estaban enseñando lo que quería saber”, reconoce. Esa insatisfacción lo llevó a alistarse en el ejército. “Lo disfruté muchísimo, pero me di cuenta de que cuando cumpliera 45 años me convertiría en un adulto”, bromea.
Más tarde, trabajó en ventas y marketing dentro de grandes empresas del sector tecnológico. Resume su vida con una frase simple: “Siempre he querido hacer algo”.
Acoge a refugiados ucranianos de mayor
La pérdida de su esposa Julia Marise en 2021 y la muerte de su gato al año siguiente marcaron un momento difícil. Se sintió perdido durante cerca de un año. Fue entonces cuando tomó la decisión de acoger en su casa a refugiados ucranianos tras la invasión de Rusia en 2022.
Desde niño, había convivido con refugiados judíos tras la Segunda Guerra Mundial. “Había mucha información sobre Auschwitz y demás, lo que me hizo pensar: ¿cómo puede la gente iniciar una guerra y tratar a la gente tan mal?”, reflexiona. Movido por esa experiencia, escribió personalmente al presidente de John Lewis para ayudar a una refugiada ucraniana, Oksana, a encontrar empleo en la tienda. Hoy, su hijo Illia, con quien convive, está a punto de ingresar en la universidad.
“Son gente fabulosa”, dice. “Podría haber cocinado tres cenas en los últimos tres años”. Con Illia comparte su interés por las matemáticas, y actualmente estudia antimateria por su cuenta. “Siento curiosidad por el mundo. Siento curiosidad por la gente”, añade.
No planea jubilarse: "Simplemente disfruto trabajando”
Además de trabajar, Shipton dedica tiempo a pintar y leer. Lejos de considerar la jubilación, afirma que nunca se ha retirado y no planea hacerlo. “Simplemente disfruto trabajando. Como digo, no es trabajo, es diversión”. Aunque hace unos meses pensaba que trabajaría hasta los 95, ahora ha decidido seguir más allá.
“Tengo una vida plena”, termina, haciendo alusión a que no necesita más nada para estar feliz y que trabajar es su mayor hobbie.