
La facturación es una de las tareas más cruciales para los autónomos y pymes en España. Aunque parece sencilla, hay varios errores comunes que pueden poner en riesgo la salud financiera y fiscal de un negocio, por insignificante que pueda parecer a la hora de realizar (o no) estas facturas. Estos errores pueden provocar problemas con Hacienda, retrasos en pagos o incluso sanciones.
De hecho, en varias ocasiones, hay dudas bastante recurrentes que pasan por la cabeza de cualquiera de los trabajadores autónomos. “¿He puesto todo lo necesario?” Y es que todos los trabajadores por cuenta propia se han enfrentado alguna vez al problema más frecuente al emitir facturas.
Emitir una factura con errores puede derivar en consecuencias fiscales, tanto para el emisor autónomo como para las empresas
Los errores en las facturas pueden ir desde olvidar incluir datos esenciales como el NIF, la dirección fiscal, la fecha, la numeración a no describir adecuadamente los servicios prestados. Y si bien es algo que puede pasarle a cualquiera, sus consecuencias son más que importantes con la Agencia Tributaria.
“Las particularidades de cada trabajador, del cliente y del motivo por el cual se expide la factura, hacen que sea fácil errar a la hora de emitir las facturas”, explican desde Declarando, asesoría fiscal para trabajadores por cuenta propia.
Además, recalcan que los errores cometidos en el proceso de facturación pueden afectar no solo al emisor de la factura, el propio autónomo, sino también a las empresas que las reciben, que aplicarán deducciones en función de este documento.
“Si la factura contiene errores, podría empujar a que las deducciones realizadas también fueran incorrectas, con las consecuencias fiscales que se derivarían de todo ello”, advierten. En este sentido, se pueden identificar más de una decena de inconvenientes que tienen que ver con facturas.
Los fallos más recurrentes están relacionados con un IVA erróneo y con retenciones de IRPF inexactas
Uno de los fallos más comunes está relacionado con el IVA. Por ejemplo, el de la aplicación errónea por el que algunos autónomos se confunden al no aplicar el tipo impositivo (general, del 21%, reducido, del 10%, o superreducido, del 4%) de manera correcta, de forma que se factura por servicios o bienes aplicando un tipo inferior. Asegurarse de aplicar el tipo adecuado y de hacerlo correctamente en cada factura puede ahorrar cuantiosas multas y requerimientos de la Agencia Tributaria.
También, y posiblemente entre los descuidos más generalizados, se encuentre el de retenciones inexactas del IRPF en la factura. “La incorrecta aplicación del tipo impositivo en IRPF constituye otro foco habitual de errores en las facturas de los autónomos. Este tipo de fallos pueden derivar de una categorización errónea de las rentas, una incorrecta imputación de deducciones o un mal cálculo de los tramos aplicables”, detallan los expertos.
Las sanciones por parte de la Agencia Tributaria llegan a los 3.000 euros
Esta serie de errores vienen motivadas, en muchos casos, porque muchos autónomos siguen emitiendo sus facturas a mano, de forma manual. Según la información de autonomosyemprendedores, el 69% de los trabajadores por cuenta propia y el 45% de las micropymes continúan facturando manualmente. Y un 22% de las pymes reconoce no sentirse preparada para implantar la factura electrónica, algo que pasará a ser obligatorio desde el próximo 2026.
Con todo, estos son los errores más habituales que cometen los autónomos al emitir sus facturas y que, a la hora de la verdad, les pueden salir muy caros, con sanciones de hasta 3.000 euros por parte de Hacienda en los casos más leves.
- No incluir todos los datos requeridos en las facturas (Nombre o razón social del emisor, NIF, Número de Factura, descripción del producto, IVA, IRPF).
- Error en el cálculo del IVA o aplicar incorrectamente el IRPF
- No emitir factura cuando es necesario.
- No llevar un registro adecuado de las facturas emitidas. No llevar un control adecuado de las mismas puede causar problemas si se realiza una auditoría o se necesita una factura para una deducción fiscal.
- No guardar copia de facturas.
- No aplicar correctamente las deducciones fiscales.
- No realizar la facturación electrónica. La facturación electrónica no solo es más eficiente, sino que también es más segura y facilita la presentación de impuestos. Será obligatorio contar con un software digital para las mismas desde enero de 2026.
- Falta de identificación del cliente.