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Una mujer de 64 años obligada a vivir en una autocaravana porque no le llega para pagar el alquiler y no puede jubilarse: “no tenía opción”

No puede permitirse jubilarse y combina una ayuda de la Seguridad Social con pequeños trabajos y voluntariados en parques nacionales, donde puede quedarse gratis.


Lisa Williams junto a su caravana
Lisa Williams junto a su caravana |Cedida por Lisa Williams a 'Business Insider'
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:

La jubilación es algo con lo que sueña la mayoría de trabajadores. Después de años y años trabajando, ese retiro laboral permite a muchos jubilados ponerse en el centro y realizar todo aquello que, como trabajadores, no podían hacer por falta de tiempo. Es el caso de Lisa Williams, que siempre había soñado con viajar junto a su marido por Estados Unidos en una autocaravana. Aunque ese sueño se ha visto truncado, en cierta forma.

Su marido falleció en 2014, cuando entonces Lisa tenía 54 años y trabajaba como ama de llaves, y se vio en la tesitura de que, con su único sueldo, ya no podía pagar el alquiler de 1.200 dólares que le cobraban por su casa en Palm Springs (California). Así lo cuenta en el medio ‘Business Insider’, explicando que ante esta situación se vio obligada a mudarse.

Los siguientes 7 años los pasó viviendo en una caravana cerca de la casa de su hija en Washington. Más tarde, paso a vivir en un pequeño apartamento cerca de su hijo en Las Vegas. Sin embargo, le subieron notablemente el alquiler, lo que, unido a sus desalentadoras perspectivas laborales, le hicieron adoptar un rumbo diferente: comprar una caravana de viajes y desplazarse por todos los parques nacionales y estatales, haciendo voluntariados en ellos a cambio de poder quedarse gratis en ellos.  

“Hice esto porque me parecía que no tenía otra opción, pero no volvería atrás”

Lisa asegura que no puede permitirse jubilarse y que, a duras penas, consigue sobrevivir realizando estos trabajos, que combina con una ayuda de 1.764 dólares mensuales que cobra de la Seguridad Social, más otros 1.100 dólares mensuales del seguro de vida de su marido. A pesar de estas dificultades, asegura que este nuevo estilo de vida se ha convertido en su “pasión”.

“Hice esto porque me parecía que no tenía otra opción, pero no volvería atrás”, asegura ahora con 64 años. Aunque los primeros años tras el fallecimiento de su marido se sintió sola, ahora asegura que cuando llega a su nuevo destino sabe que habrá una comunidad de gente que la acogerá. 

De hecho, Lisa es consciente de que tiene familia para ayudarla si lo necesita. Pero quiere seguir viviendo de forma independiente y explorar el país todo el tiempo que pueda. “Quiero que la gente sepa que tiene opciones, que salga ahí fuera y piense de forma diferente”, señala, afirmando que “sé que al final de mi vida no me arrepentiré de nada. He estado en lugares increíbles y he visto cosas increíbles, y eso sólo en los últimos años”.

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