Un jubilado de 74 años que vive en la calle tiene que vender sus dibujos para sobrevivir: no cobra pensión ni tiene ingresos

Un jubilado de 74 años que vive en la calle, al lado de unos conocidos cines en México y no cobra ni pensión de jubilación ni ninguna ayuda económica, tiene que vender sus dibujos a los peatones. Lo hace a cambio de ‘la voluntad’, un poco de dinero con el que poder sobrevivir día a día. Gracias a esto, llamó la atención de una conocida ‘influencer’ que decidió grabar un vídeo contando su historia y dio un giro de 180 grados a su vida.

Fue en el año 2020, en plena pandemia del coronavirus, cuando @decosmonaute paseaba por una zona cercana a donde se encontraba Baldemar. Se interesó por su situación, y le contó que como no tiene dinero, vende sus dibujos para poder comprar algo de comida y ropa. No recibe ninguna ayuda económica de las administraciones y sobrevive con lo que le dan los peatones y lo que gana vendiendo sus pequeñas obras de arte.

Te puede interesar

“A nuestra edad, la gente pensaba que estábamos locos”: dos jubilados de 81 y 86 años por fin van a comprar su primer piso

La Seguridad Social ‘regala’ hasta 3 años de cotización a los trabajadores que hubieran tenido que dejar de trabajar por cuidar de hijos o familiares

Gracias a un mensaje que subió la mujer a sus redes sociales, muchos usuarios se pusieron en contacto con ella para ayudar al jubilado, como recoge el periódico SPD. Preguntaron si le hacía falta comida, ropa e incluso algo de dinero con el que hacer frente a los gastos más elementales. Uno de ellos animaba al resto a colaborar para conseguir pagarle el alquiler de una vivienda.

“He conocido a un señor dibujante de 74 años”

En su primer mensaje, publicado el 27 de junio de 2020, M. (@decosmonaute), explica a sus más de 1.000 seguidores que ha conocido a Don Baldemar “un señor dibujante de 74 años que vende sus dibujos para vivir”.

Esperando una respuesta por parte de sus followers, continúa resaltando que “si quieren apoyarle comprando un dibujo o trayéndole algo de comer, se lo agradecerá mucho”. Les anima a conocerle, y a llevarse a casa una de sus coloridas obras de arte, que este jubilado realiza a diario para conseguir unas monedas. Las vende por la voluntad, y depende de lo que quieran darle los vecinos.

En pocas horas, el tuit se viralizó con más de 4.000 compartidos y ocho millones de ‘likes’. Además, consiguió sumar 130 comentarios. Muchos de los interesados, preguntaban por la hora a la que este anciano se colocaba en los alrededores de cinépolis Diana. “Está todos los días, desafortunadamente es una persona que vive en la calle, y ahí tiene también su lugar de trabajo. A veces se va a Tacuba a lavar la ropa”, contesta la usuaria de Twitter.

Un grupo de jóvenes abre una cuenta bancaria para ayudarle

Entre la ayuda que está recibiendo este jubilado, están las donaciones de ropa, de comida, zapatos o un saco de dormir para que no pase frío en sus noches a la intemperie. Pero hay un grupo de jóvenes que ha ido más allá y propuso abrir una cuenta en el banco para poder alquilar una habitación en la que el anciano pudiera dormir tranquilo.

En los múltiples comentarios que ha respondido la joven benefactora de este hombre, pide que no se donen cosas con mucho volumen, porque al ser una persona sin techo, tendría que desplazarlas de un sitio a otro. También da algunas pistas a los que quieran donarle zapatos (tiene la talla 9) y pantalones, “prefiere que sean de chándal y de la talla 38”.

“De pantalones ando bien, pero si me quieren dar alguno, quisiera que fuese de los que se usan para hacer ejercicio, que me quede apretadito de cintura”, explica Baldemar en un vídeo.

El anciano de 79 años dedicó unas bonitas palabras a la influencer

“¿De dónde la mandaron?, ¿del cielo?” Así describe Don Baldemar a la chica que le prestó su ayuda y sus redes sociales desde el primer momento. En un vídeo que aparece en X, se muestra interesado por saber si a las personas que le están ayudando le gustan los dibujos. 

Ella, por su parte, ha dado las gracias en nombre de este jubilado a las miles de personas que se han mostrado interesadas en ayudar. “¡Gracias por su ayuda y por su buen corazón! Nunca pensé que esto explotaría así y me deja el corazón bien rojo. Don Baldemar está agradecido y muy emocionado, todas las ideas serán bienvenidas”.