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La playa de la costa tropical elegida por National Geographic entre las más espectaculares para veranear sin masificaciones

La costa tropical situada entre Málaga y Almería tiene una playa que está considerada por National Geographic como un “auténtico paraíso”. Está aislada y permite disfrutar de un verano donde descansar y relajarse


Playa de la Rijana
La playa de la costa tropical elegida por National Geographic entre las más espectaculares para veranear sin masificaciones |Adobe Stock
Jorge Magdalani
Fecha de actualización:

Los días en los que nos pasamos todo el día en la playa, tumbados en la toalla, poniéndonos morenos se acercan. Encontrar en España playas poco masificadas puede ser muy difícil, pero en la costa tropical, situada entre la Costa del Sol de Málaga y la Costa de Almería, pasando por Granada, se encuentra un destino realmente espectacular que llamó la atención de la misma National Geographic. Se trata de la cala de La Rijana, en Granada.

La misma fue incluida por la prestigiosa revista en su lista de "las 20 playas más bellas de Andalucía entre atardeceres y acantilados" y, dentro del mismo, la publicación quiso incorporar a otras del litoral granadino porque, pese al complejo de muchos respecto a las espectaculares playas atlánticas, la Costa Tropical sigue haciéndose fuerte como destino turístico por su belleza.

La Rijana, en Granada, una de las mejores playas de la costa tropical

Tanto es así que son playas de Granada como la de La Rijana que han competido con clásicos como la ensenada de Mónsul, en Almería, la de los Genoveses, en el municipio de Níjar, también en Almería, o la Caleta de Cádiz, entre otras. "Un litoral que es un auténtico paraíso de playas, tanto para los viajeros que buscan lugares donde descansar y relajarse al contacto con la naturaleza y sus paisajes".

Sobre la granadina, hablamos de una playa que se encuentra entre Castell de ferro y Calahonda, muy cerca de Motril. La misma es considerada una de las mejores playas de la costa pese a señalar que "carece por completo de equipamientos". Esta playa, efectivamente, está aislada y se llega a ella a través de un corto túnel.

"De pequeñas dimensiones, apenas unos 250 metros de una fina línea de arena oscura y bolos, disfruta de un mar azul y cristalino", dice la revista de viajes de National Geographic, que también reseña que se trata de "uno de los paisajes más reconocibles del litoral" por sus ruinas de una torre así como por las rocas que la custodian a sus lados.

Muy pequeña, es una playa de fina arena oscura y de un mar azul y cristalino

Rodeada por unos imponentes acantilados, esta pequeña cala supone un remanso de paz que nos hará perdernos entre sus aguas tranquilas y su oscura arena. Lo mejor de todo, por el momento, es que es también una de las orillas menos masificadas que nos podemos encontrar para un verano ‘la mar de tranquilo’, y nunca mejor dicho. 

Se trata, posiblemente, de la playa más remota e inexplorada de la costa granadina, pero también hay que saber que los locales la conocen bien y la disfrutan siempre que pueden. De todas formas, al ser tan pequeña y apenas servicios para los bañistas, no suele ser un destino muy demandado por aquellos turistas que únicamente buscan sol y playa. 

Un entorno de belleza natural

Los que llegan hasta aquí persiguen encontrar un entorno de belleza natural y un espacio donde puedan estar tranquilos, lejos de la multitud de otras playas más turísticas. Sus aguas son traslúcidas y, al tener guijarros y arena semigruesa, conviene llevar un calzado apropiado. La playa de la Rijana es muy frecuentada también por los que gustan de dar caminatas junto a la orilla del mar mientras les acompaña la brisa.

Por su parte, es una playa muy apreciada por los amantes del buceo, pues sus aguas cristalinas se une también la enorme diversidad de especies que se pueden encontrar en sus fondos marinos. Un lugar perfecto para desconectar y, de paso, disfrutar de algunos restos de antiguas civilizaciones, desde la Edad del Bronce, romanos y nazaríes, hasta medievales y cristianos. Y es que esta singular playa, fue en el siglo V un fondeadero que utilizaban las embarcaciones para protegerse de las tempestades y recargar provisiones. A su alrededor se construyeron una fortaleza amurallada y una torre, cuyos restos fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1985.