Ni vinagre ni bicarbonato: el truco casero para eliminar el sarro del váter y los grifos de inmediato

El paso del tiempo y el uso diario del baño, puede provocar la acumulación de residuos de cal, óxido y suciedad en el interior del váter y en otras superficies como los grifos del lavabo o bidet. Para combatirlo, algunos expertos en limpieza doméstica recomiendan una solución casera que ya se utiliza en muchos hogares en España.

Una mezcla sencilla para eliminar el sarro en minutos

El método consiste en mezclar vinagre blanco con agua a partes iguales y aplicar la solución directamente sobre las zonas afectadas. Esto hará que la acidez del vinagre actúe sobre el sarro impregnado en la superficie, disolviéndolo en cuestión de minutos. 

Tras rociar la mezcla con un pulverizador, se recomienda dejarla actuar durante unos minutos. Posteriormente, se puede frotar con un cepillo para facilitar su eliminación y,

si se trata del váter, finalmente, se podrá tirar de la cadena para enjuagar los restos y comprobar los resultados. 

En el caso de los grifos, el proceso será el mismo: rociar la superficie cubierta de sarro con el pulverizador de la mezcla y, posteriormente, frotar con un cepillo la misma. En caso de que la acumulación del sarro y la suciedad sea mayor, se podrá repetir el proceso, sin temor a que la superficie pueda ser dañada. 

Otras alternativas para combatir el sarro y la suciedad en el baño

Además del vinagre blanco, existen otras combinaciones caseras que pueden ser desincrustantes. Entre ellas, el jugo de limón con sal gruesa, que permite aprovechar la acción desinfectante del ácido cítrico; o el bicarbonato de sodio con agua caliente, una mezcla que, además de limpiar, ayuda a combatir los malos olores.

También, otra opción recurrente es combinar vinagre blanco con bicarbonato de sodio, generando una reacción efervescente que contribuye a desprender la cal adherida a las paredes del inodoro.

Claves para evitar la acumulación de sarro

Los expertos insisten en que la prevención es fundamental. Para ello, recomiendan llevar a cabo una limpieza semanal y realizar un mantenimiento de las superficies a diario, como pasar el cepillo cada noche o rociar vinagre blanco de forma regular en las zonas más propensas.

Asimismo, es importante reparar cualquier fuga de agua, ya que las filtraciones constantes favorecen la formación de sarro y moho. También se aconseja mantener el baño bien ventilado para reducir la humedad y evitar productos de limpieza abrasivos que puedan dañar la porcelana del inodoro.