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Demanda a su antigua empresa y gana 30.000 euros porque le obligaron a cambiarse de nombre durante 20 años porque se llamaba Mohamed

La justicia considera que hubo acoso y discriminación, condenando a la empresa a abonarle 30.000 euros como indemnización.


Un hombre trabajando desde la oficina
Un hombre trabajando desde la oficina |Envato
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:

A través de los juzgados y tribunales, podemos conocer distintos casos de discriminación que se producen en el ámbito laboral. Recientemente, se ha dado a conocer un caso discriminatorio muy particular, ya que el empleado afectado tuvo que cambiar su nombre de pila durante 20 años por otro más “neutro” y “polivalente”

El empleado trabajaba para ‘Intergraph France’, una pequeña empresa francesa dedicada a comercializar programas informáticos, y su nombre real era Mohamed. Este fue contratado en 1997 como ingeniero comercial y, desde entonces, fue ascendiendo progresivamente. Sin embargo, tal como recoge el medio ‘Le Figaro emploi’, en sus nóminas, correos electrónicos de trabajo y en el entorno laboral en general, incluidas sus comunicaciones con la propia dirección de la empresa y el departamento de RRHH, atendía al nombre de Antoine. 

Dos años después de dejar la empresa, en 2017, decidió hablar y llevar su caso a los tribunales, alegando que desde el primer día de trabajo le habían obligado a renunciar a su nombre de pila y a adoptar otro más “neutro” y “polivalente”. En concreto, defendía que fue el director quien le impuso que realizara este cambio. De este modo, durante 20 años, pasó a ser Antoine, en vez de Mohamed. Tal y como figuraba incluso en los documentos de finalización del contrato. 

Gana a la empresa y deben pagarle 30.000 euros

La ley francesa establece que, cuando se trata de discriminación, la carga de la prueba recae sobre la empresa. Esto es, el trabajador no tiene que demostrar plenamente que ha sido víctima de discriminación, solo tiene que aportar pruebas que sugieran un trato desfavorable. Al contrario, corresponde a la empresa demostrar que sus decisiones respondieron a criterios objetivos y no discriminatorios (como también ocurre en España).

En este caso, la empresa no demostró que fuera el propio Mohamed quien hubiera elegido llamarse Antoine. Y no pudieron presentar ningún documento ni testimonio creíble. Por su parte, Mohamed sí que aportó 243 nóminas en las que figuraba el nombre de pila Antoine, así como certificados de compañeros y documentos de fin de contrato, todos ellos redactados con esta identidad ficticia. También demostró que, en todos sus documentos de identidad, aparecía únicamente el nombre de pila Mohamed.

Por ello, en febrero de este año, el Tribunal de Apelación de París ha fallado que existe un vínculo directo entre el uso del nombre de pila falso y el acoso moral discriminatorio, que se repetía todos los meses, a través de las nóminas, los correos electrónicos internos y las interacciones del día a día. Además, con esta sentencia se recuerda que el hecho de que un empleado haya tolerado una situación durante mucho tiempo no la convierte en legal. 

En consecuencia, el tribunal ha dado la razón a Mohamed, condenando a su antigua empresa a pagarle 20.000 euros por discriminación basada en el origen y violación de su intimidad, así como 10.000 euros por acoso discriminatorio. “Se trata de un poderoso recordatorio a los empresarios de que todas las formas de discriminación son inaceptables en el lugar de trabajo”, expresó su abogado, Henri Guyot. 

Este, en declaraciones recogidas por el citado medio, también manifestó que “en una sociedad inclusiva, todo el mundo debe poder vivir con el nombre que le dieron al nacer, aunque pueda percibirse como atípico o connotado”, añadiendo que “un nombre de pila no constituye en modo alguno una aptitud profesional”.