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Va al cajero a cambiar 3.000 euros por billetes más pequeños: su dinero desaparece y recibe una sorprendete nota con un mensaje

Un hombre quería billetes de 200 euros para poder controlar sus gastos y pagar un viaje, pero se llevó una desagradable sorpresa al usar el cajero automático.


Dinero en un cajero automático
Mano sacando dinero de un cajero automático. |Envato
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:

Aunque hace años que la tarjeta de crédito se ha convertido en el medio preferente de pago, el dinero físico sigue siendo el favorito de miles de personas por varios motivos. El principal es que permite llevar las cuentas de la casa de una manera más precisa, ajustando los gastos para ahorrar a fin de mes. Así que los cajeros automáticos siguen siendo una parada obligatoria para millones de personas en todo el mundo. Aunque, a veces, se lleven sorpresas desagradables.

Y si no, que le pregunten a Lothar, un austriaco residente en Viena que fue con su tarjeta de crédito al cajero del banco Erste Bank, situado en Floridsfdord con 3.000 euros en efectivo. La idea era cambiarlo por billetes más pequeños, para poder pagar y controlar los gastos más fácilmente. Según el medio Taartmanie la experiencia de este hombre fue “de las más traumáticas de su vida”. Pero, ¿qué le pasó en el cajero automático?

Según el medio austriaco consultado, pidió el cambio de esos 3.000 euros en billetes de 200 euros, mucho más cómodos para pagar en las gasolinera o en el supermercado, cuando apareció en pantalla el temido mensaje: “la operación no pudo completarse”. 

Luego, siguió leyendo y el cajero automático le indicaba “que mi dinero ya estaba guardado y que tenía que contactar con el personal”. Luego “se despedía de mí y como estaba en un fin de semana largo, el de Pascua, nadie tenía acceso a este cajero”. En Australia, los días de después de la Semana Santa son festivos y casi ningún comercio abre sus puertas. 

Varias semanas sin el dinero en su cuenta

Cuando pasó el plazo que le habían indicado (hasta después del puente largo de Pascua), Lothar acudió al banco donde le dijeron que nadie se hacía responsable de lo que le había pasado. Es decir, que el cajero automático se había ‘tragado’ sus 3.000 euros, no le había dado el cambio en billetes de 200 euros y ahora nadie quería asumir responsabilidades.

Después de unos días, sin embargo, aparecía un ingreso en la cuenta corriente. “Hubiera preferido que fuese más rápido”. Ahora reclama que el viaje que había planeado, no salió porque le faltaban esos 3.000 euros. 

Por parte del banco, explicaron que fue un cúmulo de “circunstancias desafortunadas”  resaltando que es la primera vez que ocurre algo así ya que “tenemos altos estándares de servicio al cliente que lamentablemente no pudimos cumplir en este caso”.

 

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