
Las formas de pago han evolucionado, pero también los riesgos dentro del panorama delictivo, el cual ha avanzado y mucho por el internet. Hoy en día, el uso de tarjetas de crédito o débito es una práctica cotidiana para millones de personas en España. Actualmente, muchos fraudes se cometen a través del uso indebido de tarjetas bancarias, tanto físicas como virtuales, convirtiéndose en una de las formas más comunes de estafa en España y en el resto de Europa. Tener una tarjeta activa y realizar pagos frecuentes nos expone más de lo que imaginamos.
Cada vez es más habitual utilizar las tarjetas de crédito o débito para operaciones que van desde hacer la compra semanal hasta contratar servicios, pagar suscripciones o realizar transacciones por internet. Este nuevo entorno resulta ideal para los delincuentes, que actúan cada vez más con métodos más sofisticados y con escaso riesgo de ser detectados. Su ventaja es evidente, ya que pueden cometer fraudes sin necesidad de contacto físico, desde cualquier lugar y con una alta probabilidad de éxito.

A pesar de que los cargos no autorizados y las clonaciones de tarjetas existen desde hace años, la forma de actuar o de como proceder de los delincuentes si ha cambiado. Así, algunos estafadores consiguen copiar la información de una tarjeta en apenas segundos o suplantar la identidad del titular para operar con total libertad, por lo que detectar el fraude es cada vez más difícil para cualquier persona.
Cómo es la nueva estafa
Debido a esto, la Guardia Civil ha lanzado una nueva advertencia a través de sus redes sociales sobre el riesgo creciente del uso fraudulento de tarjetas bancarias. Los agentes especializados en delitos telemáticos han alertado de que apenas unos segundos son suficientes para que los delincuentes clonen o copien los datos de una tarjeta, sin que el titular se dé cuenta, especialmente si la pierde de vista al efectuar un pago.
Este tipo de estafa, conocida como skimming, permite a los estafadores obtener una réplica funcional de la tarjeta. Una vez en su poder, pueden realizar compras o retiradas de efectivo, normalmente en el extranjero o en comercios online, donde los sistemas de seguridad son menos exigentes. A menudo, las víctimas no detectan el fraude hasta días después, cuando revisan el extracto bancario y descubren cargos que no reconocen.
Además del skimming, también se ha detectado un aumento de casos de phishing, donde los delincuentes se hacen pasar por entidades bancarias y solicitan datos personales o claves de acceso mediante correos electrónicos, mensajes o llamadas telefónicas. Estos mensajes, que imitan con precisión el diseño de las comunicaciones oficiales, pueden engañar incluso a los usuarios más prudentes. La Guardia Civil recuerda que ningún banco solicitará nunca el PIN o el número secreto de tu tarjeta por estos medios.

A todo esto hay que sumar el sistema cada vez más usado llamado contactless, que permite pagar sin introducir el código PIN en compras de hasta 50 euros. Esta función, aunque cómoda, puede facilitar operaciones no autorizadas si se pierde la tarjeta o si alguien se aprovecha de un descuido. Por eso, los expertos recomiendan revisar con frecuencia los movimientos de la cuenta y, si es posible, desactivar esta opción desde la aplicación del banco.
Recomendaciones de la Guardia Civil
Para evitar este tipo de fraudes con nuestras tarjetas de crédito o débito, la guardia civil a dado una serie de consejos en forma de medidas de seguridad:
- No perder de vista la tarjeta: Siempre que se pague en un establecimiento, asegúrate de que el lector esté a la vista. Si no lo está, solicita un TPV móvil.
- Activa la verificación en dos pasos: los pagos con tarjeta de crédito que superen los 30 euros requerirán una doble autenticación, cumpliendo así con la directiva europea 2015/2366 de Servicios de Pago (PSD2).
- Activa notificaciones por SMS o app para recibir avisos inmediatos de cada cargo en tu tarjeta.
- Revisa con frecuencia tus movimientos bancarios: para intensificar lo antes posible cualquier cargo extraño y notifícalo a tu banco y si procede presentar denuncia.
- Evita compartir tus datos: Nunca proporciones información sensible, ni siquiera si una supuesta entidad bancaria lo solicita por mensaje o llamada.
- Bloquea la tarjeta ante cualquier sospecha: Si detectas algo inusual, cancela la tarjeta y solicita una nueva. También en caso de pérdida o robo, anula la tarjeta cuanto antes.