
Aunque Mercadona se muestre intratable y lidere con soltura la cuota de mercado -aumentando un 26,7% y siendo elegida como la cadena principal para llenar la cesta de la compra-, no se puede decir que corran buenos tiempos para el sector de los supermercados. Especialmente después del anuncio de cierres y recortes en la gran cadena francesa, Alcampo. Pero sí es cierto que hubo empresas, como las de El Arco, que no solo competían con los de Juan Roig, sino que incluso le plantaron cara. Sin embargo, ha sido ahora, en 2025, cuando las últimas tiendas que quedaban de El Arco han echado el cierre permanente y definitivo de sus operaciones.
Y es que la consolidación de grandes cadenas como Mercadona, Día, o Lidl, que han reforzado su presencia a través de la cercanía y la eficiencia logística, han cambiado la forma en la que los españoles hacen la compra.
Cierran los supermercados de El Arco, la histórica cadena asturiana tras 40 años de actividad
Esta situación ha puesto contra las cuerdas a muchas cadenas regionales y comercios de tamaño mediano o pequeño que, por obvias razones, no pueden competir con las condiciones que ofrecen los gigantes del sector, como Mercadona. Uno de esos casos ha sido el declive del supermercado asturiano, El Arco, la histórica cadena que cierra sus puertas tras casi 40 años de actividad.
De Asturias a Galicia, la cadena comenzó su historia en 1987, con una primera tienda en Sama de Langreo, hasta que en 2024 vendió 29 de sus tiendas a otra cadena de alimentación, el grupo Cuevas, originario de Galicia. Entonces, lo hizo deshaciéndose de 17 supermercados El Economato, 10 tiendas Arcoplaza y 2 tiendas La Quintana. También vendió al grupo gallego dos plataformas logísticas de pescado y frutas en Mercasturias, y otra en Langreo, de charcutería.
Una caída anunciada, agravada por el auge de Mercadona, Lidl o Carrefour
El Arco se quedó con 30 tiendas, casi todas localizadas en Gijón y Oviedo, y utilizó lo que recaudó con la venta de las tiendas y de tres plataformas logísticas, para pagar hasta el 70% de su deuda con los proveedores.
Esta decisión se produce tras la decisión de su principal proveedor de poner fin al suministro de productos, debido a las deudas acumuladas por la empresa, lo que deja a la compañía sin capacidad para reabastecer sus tiendas y mitigar la deuda pendiente.
La cadena arrastraba pérdidas desde hace años, agravadas por el auge de supermercados como Mercadona, Lidl o Carrefour y por el cambio en los hábitos de compra del consumidor, que demanda servicios como el reparto a domicilio o la compra online, o instalaciones modernas con cajas de autopago.
Sus trabajadores se acogerán a un ERE
Según ha transcendido, el cierre afectará a más de un centenar de trabajadores, cuyos sindicatos y asociaciones han pedido a la empresa un proceso de salida ordenado y transparente, que les garantice las indemnizaciones pertinentes y mitigue, en lo posible, este duro golpe. Estos empleados tendrán que acogerse a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Además de a los trabajadores, la desaparición de los supermercados afecta a los vecinos de barrios de pequeñas localidades, para los que El Arco era el único establecimiento cercano.
El caso de El Arco no es aislado. Es representativo de un fenómeno más amplio que afecta a varias cadenas regionales en España, atrapadas entre la presión de los grandes operadores y los cambios en los hábitos de consumo. O lo que es lo mismo; los hipermercados y tiendas tradicionales de gran formato están perdiendo terreno frente a modelos más flexibles y adaptados al entorno urbano.