Santiago Niño Becerra ofreció una entrevista a NoticiasTrabajo y dejó una advertencia que cuesta escuchar, pero es difícil de evitar, y es que el sistema de pensiones que permitió a nuestros padres y abuelos jubilarse con garantías, está, según el economista, llamado a desaparecer. Para la generación millennial, que ya ve la estabilidad laboral y el ahorro como retos casi imposibles, la pregunta sobre si habrá pensión cuando llegue su turno es cada vez más inquietante. “El sistema de pensiones ha muerto”, asegura Becerra. En su opinión, jubilarse antes de los 65 será un privilegio del pasado, y no descarta que, al igual que ya se plantea en otros países europeos, tocará seguir trabajando hasta los 70 años antes de colgar definitivamente la chaqueta.
Niño Becerra insiste en que el sistema público de pensiones fue diseñado para una época que ya no existe. Según su análisis, tras la Segunda Guerra Mundial, Europa apostó por un sistema de protección social basado en el pleno empleo, salarios en constante crecimiento y una esperanza de vida limitada después de la jubilación. Pero hoy, ninguno de esos ingredientes se mantiene. El desempleo es estructural, los sueldos apenas suben y quienes se retiran pueden vivir fácilmente otros 25 o 30 años. “Lo que en su día fue viable, ahora no se sostiene. Los números no cuadran porque los ingresos que recibe el sistema son inferiores al gasto que generan las pensiones”, advierte el economista.
Salarios bajos y menos cotizantes
El problema de fondo es sencillo de entender. Durante décadas, cada pensionista estaba respaldado por las cotizaciones de al menos tres trabajadores en activo, una proporción que garantizaba la estabilidad del sistema. Sin embargo, los estudios de la OCDE (que se pueden consultar en este enlace) señalan que, si se mantienen las tendencias actuales, en 2050 España tendrá poco más de un trabajador cotizando por cada pensión. Una proporción que, en palabras de Niño Becerra, hace inviable cualquier equilibrio financiero.
Las cifras oficiales lo confirman. El gasto en pensiones contributivas ya representa más del 11,5% del Producto Interior Bruto (y Fedea prevé que el gasto público en pensiones llegue al 17,1% en 2050) y la Comisión Europea advierte que España destinará hasta el 41% de sus ingresos fiscales y por cotizaciones a financiar jubilaciones durante las próximas décadas. Todo esto en un país con bajo nivel de ahorro privado, salarios que apenas dan para cubrir necesidades básicas y donde la capacidad de las nuevas generaciones para contribuir al sistema es cada vez menor.
Un discurso político que no afronta la realidad
Niño Becerra se muestra especialmente crítico con el discurso oficial sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones. “Aquí sí que los políticos nos están engañando porque esto no lo cuentan. Todos los políticos, y el color da igual, nos están diciendo que las pensiones son sostenibles, que se hará lo que sea para pagar las pensiones, que se sacará el dinero de donde sea”, lamenta el economista. Para él, el verdadero problema sigue sin abordarse: “¿De dónde se va a sacar el dinero? Dicen: ‘No, es que si las cotizaciones sociales no alcanzan se sacará de impuestos’. ¿Vas a dejar de gastar en sanidad para gastar en pensiones? ¿Vas a subir los impuestos?”, se pregunta Niño Becerra, recordando además que “Bruselas ya ha dicho que eso se acabó”, en referencia a la imposibilidad de seguir financiando las pensiones con deuda pública.
Más allá del debate político, el economista avisa sobre la función social y económica que han adquirido las pensiones en los hogares españoles. “Las pensiones no solamente son un ingreso para quien está percibiendo la pensión, sino que se han convertido también en un soporte financiero para la familia. En un hogar de cada tres que hay un pensionista, está ayudando a la familia con su pensión”. Esta realidad, señala el economista, añade todavía más presión sobre el sistema y complica aún más el debate sobre su futuro.
Las pensiones cambiarán en el futuro
Niño Becerra se muestra tajante sobre el futuro del sistema de pensiones y afirma “que no es sostenible. Los tres supuestos que hemos comentado (pleno empleo, salarios crecientes, esperanza de vida limitada) ya no se cumplen”, afirma el economista. “Volver al pleno empleo es imposible, la tecnología se está cargando el empleo, entonces es imposible volver al pleno empleo”, añade. Para él, la perspectiva de una pensión pública similar a la de generaciones anteriores ya no está sobre la mesa: “El sistema de pensiones, tal y como lo conocemos, ha muerto, está muriendo totalmente y los jóvenes, tal y como lo veo, no van a tener pensión”.
En este contexto, Niño Becerra señala que el debate comienza a moverse hacia otras fórmulas. “Ya empieza a hablarse de la renta básica, una dotación dineraria para poder acceder a las necesidades básicas, pero eso no es una pensión, eso es otra cosa”, advierte. El economista considera que el futuro de la jubilación en España será muy distinto al que vivieron las generaciones anteriores y que, para muchos jóvenes, la seguridad de retirarse como lo hicieron sus padres pertenece ya a otra época.