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El hombre más solitario deja a su pueblo una herencia de 3,8 millones de euros sin que nadie supiera que era millonario: “no gastaba mucho”

Geoffrey Holt ha dejado a Hinsdale una herencia que equivale a casi el presupuesto anual del pueblo. Vivió y murió allí, y ahora su legado también formará parte de su historia.


Geoffrey Holt
El hombre más solitario deja a su pueblo una herencia de 3,8 millones de euros sin que nadie supiera que era millonario: “no gastaba mucho” |Archivo
Francisco Miralles
Fecha de actualización:

La vida de un pueblo suele ser por lo general tranquila y cercena donde la gran mayoría de sus vecinos se conocen. Pero a veces estos suelen levantar sorpresas, incluso una vez fallecen. Este es el caso de Geoffrey Holt que durante décadas fue “ese vecino” que pasaba desapercibido para todos y tras su muerte dejó una herencia de 3,8 millones de euros. Trabajaba como cuidador en un parque de casas móviles en un municipio del estado de Nueva Hampshire, en Estados Unidos y su vida era tan austera como rutinaria. Vestía ropa ajada, se desplazaba en bicicleta o montado en su cortacésped, y pasaba las horas leyendo el periódico junto a la carretera, observando en silencio el ir y venir del tráfico local.

Los vecinos estaban acostumbrados a su presencia callada y le veían hacer recados, prestar pequeños servicios o enseñar a jóvenes a conducir, aunque él mismo había renunciado al coche hacía tiempo. Vivía en una casa móvil, prácticamente vacía, sin televisión, sin ordenador y con los somieres de la cama marcando el suelo. Nunca se marchaba del pueblo. Apenas hablaba de su vida ni de su pasado. “Tenía lo que quería, pero no parecía querer mucho”, explica Edwin “Smokey” Smith, su mejor amigo y antiguo jefe, aún sorprendido por lo que supo después, según explica el medio Independentespanol.

Herencia millonaria repartida entre sus habitantes

Este jubilado, que murió el año pasado, escondía un gran secreto, que podríamos decir incluso millonario, y es que, en su testamento, dejó como última voluntad que su herencia de 3,8 millones de euros fuera repartida entre los 4.200 habitantes de su pueblo y su modesta red de servicios públicos. El dinero, según dejó por escrito, debía destinarse a mejorar la educación, la sanidad, el ocio y la vida cultural del pueblo.

“Nadie imaginaba que fuera una persona con tantos recursos”, admite Steve Diorio, presidente del consejo municipal, que de vez en cuando lo saludaba desde su coche. “Sabíamos que tenía pocos familiares, pero que lo dejara todo al pueblo donde vivió es un regalo impresionante”.

Hinsdale se sitúa a orillas del río Connecticut, entre los estados de Vermont y Massachusetts. Es una localidad tranquila, rodeada de naturaleza y con pequeños comercios, excursiones de pesca y un aire de otra época. Debe su nombre a Ebenezer Hinsdale, un militar de las guerras franco-indias que levantó allí un fuerte y un molino. El pueblo conserva la oficina postal más antigua de Estados Unidos aún en funcionamiento, construida en 1816.

Todavía no saben como repartir la herencia

Desde que se conoció el testamento, en septiembre, aún no se ha celebrado ninguna reunión formal para decidir el destino del dinero. Entre las propuestas que circulan están la restauración del reloj del ayuntamiento, mejoras en edificios públicos o la compra de una máquina moderna para el recuento electoral, en homenaje a Holt, que nunca se perdía una votación. También se ha mencionado la posibilidad de impulsar un curso online para enseñar a conducir, como prolongación simbólica de la ayuda que él prestaba a los jóvenes.

La gestión de los fondos correrá a cargo de la New Hampshire Charitable Foundation, que ha creado un fondo específico. De él se podrán repartir anualmente hasta 150.000 dólares en subvenciones, generados por los intereses del capital. Cualquier organización del pueblo podrá presentar proyectos para optar a esas ayudas.

Lo que parecía ser un vecino que no tenía nada y siempre iba con ropa vieja resultó ser un acto de filantropía en silencio. Holt no buscó notoriedad, no dejó exigencias y jamás reveló su fortuna, pero su legado, sin lugar a dudas, marcará el futuro de Hinsdale y quedará, de forma discreta pero imborrable, en la memoria de sus vecinos.