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Gana el Euromillones y lo ingresa a nombre de su pareja para no perder una ayuda: este muere y la suegra reclama el dinero como herencia

Tras morir su pareja, la suegra aseguraba que el boleto lo había comprado su hijo y que el dinero del premio era parte de la herencia de su hijo.


La mano de una mujer rellenando el Euromillones
La mano de una mujer rellenando el Euromillones |EFE
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:

Ganar un premio de lotería puede cambiar la vida de los afortunados o suponer al menos un alivio económico. Y justo esto fue para una mujer que ganó un premio de 154.073 euros en el sorteo del Euromillones en 2021. Como era beneficiaria de una ayuda, para no perder la misma, decidió ingresar el dinero en una cuenta a nombre de su pareja, quedando ella como autorizada en la misma. Una solución que en principio pareció apropiada, pero por la que casi sin queda sin dinero, porque meses después murió su pareja y su suegra reclamaba ese dinero como parte de la herencia de su hijo. 

Esto derivó en una disputa judicial entre la mujer del fallecido y su suegra, ya que según una sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo, esta última sostenía que fue su hijo quien adquirió el boleto, por lo que el premio debía formar parte de su caudal hereditario. Por su parte, la pareja mantenía que fue ella quien lo compró, aportando como prueba el testimonio de testigos y de la responsable de la administración de loterías donde se vendió el boleto.

El conflicto llegó al Juzgado de Primera Instancia de Oviedo, que dio la razón a la pareja del fallecido, al considerar que fue ella quien demostró haber adquirido el boleto, mientras que su suegra no acreditó suficientemente su versión. No conforme con esta resolución, la madre interpuso recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Oviedo.

La suegra no consigue demostrar que el hijo compró el billete premiado

El recurso de la suegra fue desestimado por la Audiencia Provincial de Oviedo al considerar que no hubo errores por parte del juzgado en la valoración de las pruebas, ya que los testigos presentados por la pareja fueron contundentes y coherentes.

Destacó el testimonio de la responsable de la administración de loterías donde se vendió el boleto, quien afirmó que la pareja del fallecido era clienta habitual y que fue ella quien compró el boleto agraciado. Declaró, según la sentencia, que “tras ser agraciada acudió la compradora a la Administración y le preguntó a la testigo que si alguna persona se presentase y le manifestara que era la agraciada, tendría que llamar a la prensa”, momento en el que le enseñó el boleto, sacándolo de su ropa interior.

También declaró una amiga común de la pareja, quien aseguró que el boleto le tocó a la mujer y “que lo sabe porque estaban todos juntos y ella se lo enseñó, especificando cómo lo sacó del sujetador. El ingreso del dinero a nombre del fallecido se debió a que “a ella le venía mejor”. Algo que confirmó el director del banco, que aclaró que ambos acudieron juntos a abrir la cuenta y que “se puso de titular en la cuenta al fallecido y como firma autorizada a la demandante para no perder una ayuda de ella”.

Estos y otros testigos, resultaron muy convincentes para la Audiencia, por el contrario, los presentados por la suegra ofrecieron declaraciones vagas. Uno de ellos afirmó que escuchó decir al fallecido que había ganado la lotería mientras tomaban un café, pero no supo precisar el tipo de sorteo ni el importe. Otra testigo indicó que este le dijo que le había tocado “ciento y pico”, sin más detalles ni documentación.

Por tanto, razonó que “la abrumadora prueba aportada a los autos por la parte actora no puede, sino justificar la respuesta alcanzada en la instancia que comparte la Sala”, y rechazó la existencia de “serias dudas de hecho o de derecho” y la interpretación lleva a una tesis “rotundamente demostrada de que la compradora del boleto agraciado fue la demandante y no el fallecido”.

El fallo confirma íntegramente la sentencia de primera instancia, y la suegra se queda sin el dinero que reclamaba como parte de la herencia. Pese a ello, la sentencia emitida no fue firme y contra ella se podía interponer un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.