
El siguiente paso de un ahorrador es ser un inversor. Una teoría que, en la práctica, lleva a hacer porque ese dinero se ponga a trabajar y, en ciertos casos, a que obtengamos resultados a gran escala. No en todos los casos es igual ni las obtenciones son las mismas, claro. Pero sí es importante saber que, como explica Andrea Redondo, asesora financiera, con un enfoque constante y prudente podemos conseguirlo. Incluso con una cantidad de 1.000 euros. Aunque parezca poco, esa cantidad puede crecer de forma considerable con el tiempo.
Ahora bien; ¿cómo un ahorrador puede empezar a invertir? Calculando su capacidad de ahorro mensual para saber de qué dinero dispone para empezar a invertir y proteger su fondo de emergencia (que en escenarios como el del mercado de 2025 podría implicar comprometer el ahorro a corto plazo).
Empezar a invertir con 1.000 euros ahorrados es posible: “Podría transformarse en más de 4.600 euros”
Y es que, a menudo, “los inversores principiantes cometen errores que serían fácilmente evitables teniendo claros dos o tres conceptos básicos de finanza”, explica Andrea Redondo, fundadora de ‘El Club de Inversión’, que da las claves para obtener ganancias de nuestros ahorros, incluso con esos 1.000 euros que tengamos ahorrados y que no sabemos qué hacer con ellos.
De todas formas, y como uno de los consejos más importantes, es que aprendamos a saber cómo hacerlo, o al menos, tener cierta educación financiera. Esto es aprender lo básico (sobre todo tener bien clara nuestra situación y cuánto es lo que podemos destinar) que será de gran importancia para no caer en los errores más habituales o, en el peor de los casos, en estafas financieras.
En este sentido, y una vez conocido cuál puede ser nuestro perfil de riesgo, la asesora mantiene que lo primero es saber que, aún que esa cantidad nos pueda parecer pequeña para invertir, “se puede generar rentabilidad. A largo plazo, esa cantidad podría transformarse en más de 4.600 euros gracias al interés compuesto”, cuenta en ‘El Club de Inversión’.
“Imagínate que inviertes tus 1.000 euros en un activo que te genera un 8% de rentabilidad media anual”, dice. “Si vas reinvirtiendo los beneficios, en un período de 20 años, tus 1.000 euros se habrán convertido en 4.660,96, gracias a la ‘magia’ del interés compuesto. Y eso sin aportar ni un solo céntimo más.
Dependerá siempre de nuestro perfil inversor
Y es que guardar el dinero bajo el colchón no es una opción. ¿Por qué? Porque el efecto de la inflación hace que perdamos poder adquisitivo. Es decir: por cada año que dejamos ese dinero parado, la inflación -la subida generalizada de los precios- va mermando.
Invertir 1.000 euros sin riesgo es posible, pero esto dependerá de nuestro perfil inversor, algo fundamental a tener en cuenta para saber dónde depositar esta cantidad de dinero. El perfil de riesgo es la capacidad de asumir pérdidas a la hora de invertir tu dinero.
Qué hacer con 1.000 euros
O lo que es lo mismo; obtener más rentabilidad normalmente implica más riesgo y, por lo tanto, mayor inestabilidad. Si no estamos preparados para ver nuestro dinero bajar u oscilar, quizás los productos más recomendados sean algunos de los más conservadores como las cuentas remuneradas o los depósitos.
En caso contrario, podemos optar por los fondos indexados o los ETFs, una de las opciones más recomendadas para comenzar a invertir, como explica la experta. “Tienen comisiones muy bajas. Esto es especialmente útil cuando se invierte poco dinero, porque permite aprovechar mejor cada euro”.
Otro aspecto interesante es que estos fondos indexados permiten programar aportaciones automáticas. Así se puede invertir de forma regular y sin complicaciones desde cualquier bróker. Otras grandes ventajas de invertir en fondos indexados son las siguientes:
- Comportamiento positivo. Este tipo de fondos de inversión tratan de replicar los índices, batiéndolos. Por lo tanto, en muchos casos la rentabilidad de estos fondos ha superado a la de muchos gestores.
- Diversificación. Cuando invertimos en un fondo indexado lo estamos haciendo por un índice que engloba varios sectores, empresas o zonas.
- Fiscalidad. Nos permiten el traspaso sin tributar por las plusvalías, como sucede con los fondos “tradicionales”.
Asimismo, desde ‘El Club de Inversión’, encabezada por Redondo, recomiendan no optar por invertir en acciones de forma directa. La razón es que cuesta diversificar sin asumir comisiones elevadas. Además, tampoco es la alternativa más recomendable para quienes están empezando. Incluso siendo un factor de riesgo para los que tienen experiencia, conviene actuar con prudencia.
Finalmente, una última opción que se nos podría plantear es la de destinar esos 1.000 euros a planes de pensiones, de cara a nuestra futura jubilación. De todas formas, como mantiene la experta, aunque puedan tener alguna pequeña ventaja fiscal, no son productos que me parezcan especialmente interesantes.
“Normalmente, invierten en productos poco atractivos y suelen aparejar gastos y comisiones relativamente altos. De todos modos, si te interesan mucho, y te dedicas a investigar cuáles son los mejores planes de pensiones disponibles, quizás puedas encontrar alguno que merezca la pena”, comenta.