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Ni millonario ni experto: así puedes invertir en arte, el “valor refugio” desconocido por muchos

El arte presenta una rentabilidad incluso mayor que la bolsa. Hablamos con una experta sobre cómo entrar en este mundo: no necesitas un gran presupuesto.


Una mujer en una exposición
Una mujer en una exposición |'Arte global'
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:

Si hablamos de invertir, hay una palabra que no le vendrá a la mente a nadie: arte. Pero no solo es una inversión segura, sino que tiene una rentabilidad de hasta del 10%, superior a la bolsa. Con motivo de la celebración de ARCO, la feria de arte contemporáneo que está celebrándose en Madrid, es una excelente oportunidad para hablar de ello. Porque, espóiler, no necesitas ser millonario para invertir en este campo ni ser el mayor entendido de esta disciplina.

Para desmontar todos estos clichés, ‘NoticiasTrabajo’ ha hablado con Elisa Hernando Calero, doctora en Ciencias Económicas Empresariales y en Historia del Arte. Dos áreas que podrían parecer antagónicas pero que ha sabido unir a la perfección, como CEO de Arte Global y RedCollector. “Primero estudié económicas y luego historia del arte, porque mi familia me decía que con eso de la historia del arte me iba a morir de hambre, que tenía que hacer una carrera con salidas y bueno, soy emprendedora y empresaria”. 

¿Cómo ha unido ambos mundos? “Nuestra especialidad, sobre todo, es asesorar a la gente que quiere comprar o coleccionar arte desde un punto de vista de la inversión”, a la par que llevan varios proyectos, entre los que se encuentra, por cierto, ARCO, desde hace 14 años. “Lo que a mí me apasiona es dedicarme al arte y ayudar a la gente a comprar y poder resolver dudas, porque al final, cuando te gusta el arte, es un sector bastante complejo”.

Pero, volvamos a los estereotipos. “Hay como dos ideas. Uno es que tienes que ser rico y, dos, que tienes que saber muchísimo. Nuestro objetivo siempre ha sido acercar el concepto para que sea fácil”. Ahora, ¿por dónde empezar? “Lo importante es que te guste. Sí que es cierto que a lo mejor tienes que leer, ir a exposiciones o visitar ferias. Y, de alguna manera, vas educando tu ojo, vas educando un poco tu gusto”. 

Y, para ello, recomienda hacerlo acompañado de expertos: “te podemos ir dando como esas pautas o ir guiándote dentro de lo que serían tus gustos”. Lo bueno, confiesa, es que el arte tiene ese algo que cuando empiezas te engancha, te genera esa curiosidad por descubrir, por investigar, por saber más. Porque sí, el arte es pasión. “Es verdad, es algo tan pasional que cada vez quieres saber más, vas a una exposición, vas a un museo… Y eso es lo que va definiendo un poco la educación de tu ojo”. 

Elisa Hernando Calero,  CEO de Arte Global y RedCollector | Foto: ‘Arte Global’

Con 1.500 euros ya puedes invertir en arte

Ya sabemos que no hace falta ser millonarios para invertir en arte. ¿Qué cantidad necesitas? “Con 1.000 o 1.500 euros, por ejemplo, puedes comprarte un grabado de Antoni Tàpies o incluso de Joan Miró. Y sabes que en cualquier momento si tienes una necesidad o te cansas lo puedes vender en subasta y te vamos a poder ayudar a venderlo. Realmente, no hace falta tener un presupuesto muy grande”.

Aunque sí tiene una recomendación: “en el momento que te metes en el mundo del arte, sí aconsejo tener definido un presupuesto anual de tiempo. Por ejemplo, para este año me voy a dedicar 3.000 euros, al igual que puedes dedicar ese dinero a viajes, a un coche u otras cosas, e ir marcándolo para distintos sitios a lo largo del año o cuando vayan surgiendo piezas que te pueden encajar”.

Una inversión en la que, como adelantamos, también entra la emoción. Y es que ocurre algo muy “bonito”: “Vemos cómo la gente compra muchas veces en familia”, creándose un vínculo y una forma de relacionarse, acudiendo juntos a museos o galerías, y “eso también es muy chulo”. Sobre esto, va un dato desconocido por muchos: no hay que pagar nada por acudir a las subastas. Son gratis. Así que nadie va a cobrarte por ir y observar. 

Además, interesa hacerlo, porque son toda una experiencia. “Es lo que se llama el mercado secundario de segunda mano. O sea, que la obra se ha vendido al menos una vez. Entonces ahí el precio de salida es marcado por el dueño de la obra y todas las personas que están interesadas en ella, como en las pelis. La gente puja, levanta la mano y el que hace la más alta es el que se lo lleva. Es un mercado de obras, no de artistas”, explica Elisa.

Estas, eso sí, también tienen un “peligro” que también se refleja en las películas: ¡puedes engancharte! “En la subasta lo peligroso es que te picas. Estás ahí y de repente hay varias personas que están pujando y puedes acabar pagando un precio mucho más caro de lo que es realmente. Eso es una historia, porque juegan con esta parte de que lo quieres tener. Nosotros como asesores lo que hacemos es que si te gusta un artista, pues buscamos en galerías, en subastas, en coleccionistas, a nivel nacional e internacional… Al final el mercado es muy grande. Lo que hacemos es identificar esa obra, esos artistas con los precios correctos. Incluso si pujamos una subasta, vamos a pujar por el precio que valga, es decir, hasta aquí, no más”.

Como ya desvela la experta, el segundo lugar para comprarte arte serían las galerías, a las que cualquier persona también puede acercarse y entrar. “Es un espacio abierto, no tienes que pagar para entrar. Si te gusta algo, preguntas el precio y te vas”. Lo bueno de estos espacios es que permite a los usuarios ver distintas opciones y artistas, explicando Elisa que suelen representar a 10 o 15 como máximo: “los expone, los promociona y los vende. Esto es lo que llamamos el primer mercado”. 

Quiero invertir en arte: ¿por dónde empiezo?

Lo hemos visto. El primer paso es investigar, educar el ojo y saber lo que nos gusta. Pero, para ello, podemos contar con asesoría. “Nosotros tenemos un programa anual que incluye formación a través de un curso online que vas haciendo a tu ritmo. Y luego hacemos lo que serían las sesiones grupales e individuales. Hay un acompañamiento. ¿Para qué? La idea es que después vayan solos. O que si tienen dudas puedan venir a nosotros de una manera puntual”. El coste del mismo parte de los 600 euros.

¿Cómo saber si la obra es buena?

El conocimiento es poder. Pero, grosso modo, hay una serie de pautas que pueden orientarnos a la hora de saber el valor de una obra. “El currículum es la referencia más importante”, aunque luego hay otros factores: qué galerías trabajan con ellos, la técnica, si es una edición única, o el tamaño (“hay una cierta correlación en que las obras más grandes suelen ser más caras que las pequeñas, pero no siempre, hay excepciones”). 

Y la etapa del artista, ¿influye? “Depende de los artistas. Al final, por lo que se caracteriza un artista es que sea innovador, que sea creativo, que sea diferente, que arriesgue, que investigue sobre una línea, que no copie”. Hay que ver en qué momento pegó “ese clac estético, a nivel de ser diferente” y “eso al final te lo da el ojo, aunque nosotros ayudamos en eso”.

El arte, “un valor refugio”

Se habla del oro como una inversión “segura”. Pero también lo puede ser el arte, una alternativa estable a los activos volátiles más dependientes del contexto geopolítico y económico. ¿Se puede hablar de una rentabilidad concreta? En la página web ‘Art Price’ se pueden consultar los valores económicos: “construyen unos índices de revalorización del arte en función un poco de los históricos. En artistas consagrados estaríamos hablando entre un 8 y un 10%”, explica Elisa, confirmando que en estos casos sería incluso más rentable que la Bolsa. 

Así, la inversión en arte puede usarse como un valor seguro que rescatar en caso de crisis o tener necesidad, con la certeza de que va a mantener un valor mínimo. Ahora, “no todos los artistas ni todas las obras. Como te decía, un grabado de Miró de Tàpies, o piezas así de artistas que ya tienen un reconocimiento, sí. Y evidentemente es un dinero que tienes ahí, que además lo vas a disfrutar porque lo tienes en casa, tiene esa función estética de decoración, pero además un valor económico, y te puede funcionar perfectamente como un valor refugio”.

Feria ARCO en Madrid | Foto: EFE

Cuidado con la especulación

El arte, como otras inversiones, no se escapa de la especulación. Y un ejemplo perfecto se vio con el ‘boom’ de los NFT’s. “Cuando hablamos de cuál es el precio del arte o cuáles son las variables que influyen, una de las variables más importantes es el currículum del artista: dónde ha expuesto, en qué museos está, qué premios ha obtenido, en qué colecciones... Y, de repente, ese crecimiento de precios que hubo en los NFTs, realmente era un movimiento más especulativo que una validación desde el punto de vista de artístico. ¿Qué ha ocurrido hoy en día? Pues que casi ha desaparecido. Sigue siendo una técnica interesante porque al final los artistas siempre intentan hablar de la sociedad en el momento en el que están. Estamos en la sociedad tecnológica, pues al final los artistas quieren hablar de lo que estamos viviendo. Es normal que se utilice la tecnología y que se hable de lo digital, pero vamos, esos precios no eran reales. Con eo siempre hay que tener cuidado. Y, si tienes dudas, para eso están los expertos. Te puedes arriesgar mucho o meterte en inversiones complejas y caras y luego perder dinero si no tienes un poco de conocimiento a ese nivel”.

Esto también puede ocurrir con artistas que, como de la nada, explotan. “Todo lo que son movimientos especulativos pueden darse también en el mercado del arte. Hay un movimiento en el arte que se llama el ‘Wet Paint’, que son unos artistas menores de 40 y 45 años, que de repente ha habido un boom, sobre todo por la entrada de los coleccionistas asiáticos, que están comprando muchísimo arte. Entonces, hay un tipo de lenguaje de arte que es como muy demandado por Asia. Al final, están tirando mucho de ciertos artistas, unido a que el artista puede producir una cantidad de obras al año, y se produce una escasez. Así, por ejemplo, ocurriño como lo de Boafo, que estaba trabajando con una galería muy importante y se estaba vendiendo su obra entre alrededor de los 100.000 euros, pero, en subasta, de repente, se remataron obras suyas en un millón. Esos precios no corresponden con el perfil ni con el currículum de un artista de esas características. ¿Qué ha ocurrido? Que hay mucha gente pujando o interesada en comprar una obra y como no hay, pues la gente paga barbaridades. Esto fue hace como dos o tres años. Pues el año pasado, las subastas volvieron a sus precios normales”.

Quitarse el miedo y la vergüenza de preguntar

La democratización del arte. Ese es uno de los objetivos. Pero, ¿por qué cuesta más que otras inversiones, como podría ser las criptomonedas? “El sector sigue siendo todavía un poco complejo, por eso tiene ciertas dificultades. Igual que en las subastas puedes conocer el precio de salida, en las galerías tienes que preguntar los precios. Todavía parece que la gente tiene como vergüenza o miedo, ese mito de que tienes que ser muy rico y tienes que ser muy listo para comprar arte. Esos son los mitos que yo creo que hay que romper y poder facilitar ese acceso al arte y que realmente lo vean como una forma, la verdad, muy bonita de invertir”. 

Al final, no podemos olvidar en ningún momento de lo que estamos hablando. El arte “te permite ver el mundo de otra manera, te hace crecer, te abre la mente”. Algo “maravilloso” en la sociedad en que vivimos. Un camino diferente que, a la vez, te abre otros mundos de los que puedes sacar todo tipo de aprendizajes. Y eso, más allá del dinero, también es una buena inversión.