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Esto dice la psicología de las personas que ayudan a los camareros a recoger la mesa

Estas personas, además de empatía y buena educación, reflejan responsabilidad y conciencia de sus acciones, entre otras virtudes.


Una camarera recogiendo la mesa
Una camarera recogiendo la mesa |Envato
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:

En nuestro día a día realizamos una serie de gestos, la mayoría de veces inconscientemente, que en realidad dicen mucho de nosotros. Son pequeñas acciones que, más allá de mostrar nuestra educación, reflejan rasgos de nuestra personalidad. Y entre ellas se encuentra ayudar al camarero a recoger la mesa.

Esto se puede ver en gestos como apilar los platos de comida para que se los pueda llevar más fácilmente, llevar el vaso o taza de café que hemos consumido a la barra, o limpiar con servilletas pequeños restos de comida que hemos dejado en la mesa. Acciones que hacemos de forma automática, sin pensar, pero de las que la psicología tiene mucho que decir

En primer lugar, las personas que ayudan al camarero a recoger la mesa muestran proactividad: no esperan a que nadie les pida ayuda, sino que ven que pueden echar una mano y actúan en consecuencia para ayudar a los demás. Asimismo, tal y como recoge ‘Infobae’, muestran responsabilidad y disciplina, además de una fidelidad hacia sus principios. Muy en la línea de lo que explica Lachlan Brown, entusiasta de la psicología y fundador de Hack Spirit, al medio ‘Global English Editing’.

Empatía, responsabilidad y conciencia de sus acciones o autodisciplina

Brown explica que lo primero que llama la atención de estas personas es “el inmenso respeto que tienen estos individuos por el espacio de los demás”. “Limpiar después de comer en un restaurante no se trata solo de orden, se trata de reconocer que ese espacio no es solo nuestro: se comparte con otros clientes, camareros y trabajadores del restaurante”, detalla.

Al tener esta conciencia, manifiestan su empatía a través de la cortesía, comprendiendo “que su comportamiento puede contribuir o aliviar a las cargas de quienes les rodean”. De ahí se denota el autoconocimiento que tienen de la responsabilidad “de sus comportamientos y sus consecuencias”.

También autodisciplina, que es, asimismo, “un fuerte indicador de carácter. Demuestra la disposición de asumir responsabilidades y la determinación de mantenerse firme en los principios, incluso ante los inconvenientes”.

Para Brown, esto último es especialmente importante, porque “este nivel de autodisciplina puede extenderse también a otras áreas de la vida, como el trabajo, las relaciones y objetivos personales, y a menudo conduce a hábitos más productivos y resultados exitosos”, concluye.

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