
Envejecer no significa detenerse, y mucho menos dejar de crear. A partir de los 65 años, es fundamental que los adultos mayores, sean jubilados o no, mantengan viva su creatividad, ya que esta habilidad está estrechamente ligada al bienestar emocional y a la salud cerebral.
Esto ocurre porque es común que se vaya reduciendo la intensidad y frecuencia de las relaciones sociales. Este cambio de vida puede producir desconcierto y, tal vez, no saber en qué emplear el tiempo disponible o por dónde empezar a reorganizarlo. Sin embargo, es necesario evitar la inactividad y el aislamiento social.
Cocinar, una actividad entretenida para jubilados
Actividades que estimulan la imaginación, la toma de decisiones, la memoria y la coordinación son claves para prevenir el deterioro cognitivo y mantener un buen estado de ánimo. Sí, caminar o estar con los nietos es algo que les puede ser muy útil a su vitalidad en el día a día, pero hay otro entretenimiento que les será mucho mejor.
Dentro de las múltiples formas en que los adultos mayores pueden ejercitar su creatividad a diario, la cocina destaca como una de las más completas, accesibles y gratificantes. Cocinar no solo alimenta el cuerpo, sino también la mente, las emociones y las relaciones. Es una actividad cotidiana que, con un enfoque adecuado, se transforma en una herramienta poderosa para mantener viva la chispa creativa.
Experimentarán con los sabores y recordarán ingredientes
Además, la cocina entretiene, absorbe y a algunos hasta les relaja, de ahí que pueda ser algo más que interesante para los mayores. Una actividad culinaria que se puede realizar con éxito tenga uno poca, mucha o nula habilidad. Lo mejor es que tener mano o no en la cocina no es en absoluto trascendental, ya que uno aprende en la marcha.
Para los jubilados, todo ello se traduce en múltiples beneficios, como los siguientes:
- Estimulación cognitiva. Seguir pasos, recordar ingredientes, calcular tiempos.
- Desarrollo sensorial. Colores, texturas, aromas y sabores activan múltiples sentidos.
- Resolución de problemas: ¿No hay un ingrediente? Se piensa en una alternativa.
- Satisfacción personal. Completar una receta exitosa genera autoestima y orgullo.
- Conexión emocional. Cocinar platos tradicionales o para seres queridos activa recuerdos y vínculos afectivos.
El componente sensorial es otro punto clave. Tocar los alimentos, olerlos, escuchar cómo se cocinan o saborearlos despierta conexiones emocionales muy potentes. A menudo, al preparar ciertas recetas, se activan recuerdos de infancia, celebraciones familiares o momentos compartidos, lo que convierte el acto de cocinar en una fuente de estimulación emocional y cognitiva para los mayores.
Por otro lado, cocinar es una excusa perfecta para socializar. Preparar algo con otros, charlar mientras se revuelve una salsa o se pelan patatas, genera momentos de conexión humana que se echan en falta cuando se pasa mucho tiempo en casa.
Lo mejor de todo es que no hace falta ser Arguiñano. Para arrancar, basta con algo tan simple como una tortilla de patatas al estilo de siempre o una sopa que traiga buenos recuerdos. No hay reglas que seguir, sólo se necesitan ideas y ganas de pasar un buen rato en la cocina, lo que seguramente hará que lavar los platos no sea una tarea tan tediosa.