Una funcionaria es despedida por falsificar sus horarios de trabajo durante meses: "había redondeado los horarios"

Una funcionaria del Ayuntamiento de Zúrich ha sido despedida después de que se detectara que había falsificado los horarios de trabajo de su jornada laboral durante meses. La trabajadora, que contaba con más de 10 años de antigüedad en el ayuntamiento, fue delatada tras un control interno que cruzó el registro horario con los datos de sus desplazamientos en transporte público. Al no cuadrar esto motivo una investigación que termino con su despido disciplinario al ser considerado como una falta muy grave.

Según recoge el medio 20minutes, la irregularidad se descubrió en un control rutinario, cuando los responsables municipales se dieron cuenta de que los horarios de los billetes de autobús de la trabajadora no coincidían con las horas que había registrado como trabajadas. Ante las sospechas, se inició una revisión detallada en la que se confirmó que la empleada había estado manipulando sus fichajes para simular que sus jornadas laborales eran más extensas.

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Tras la investigación y la conducta realizada, el Ayuntamiento de Zúrich procedió a notificar su despido disciplinario por “incumplimiento grave del deber de lealtad” (en España, sería algo parecido una transgresión de la buena fe contractual y abuso de la confianza que regula el 54.2 del Estatuto de los Trabajadores) finalizando así 13 años de servicio en la institución. El despido se hizo efectivo de manera inmediata, dada la gravedad de los hechos.

Despido recurrido a la justicia

La trabajadora, de 47 años, recurrió el despido alegando que la medida era desproporcionada y que únicamente había “redondeado” sus horarios de entrada y salida. Inicialmente, el recurso fue válido en primera instancia, pero la ciudad de Zúrich decidió acudir al Tribunal Administrativo para determinar si el despido era procedente y si se debía pagar una indemnización por ello.

Finalmente, el tribunal dio la razón al consistorio. En su sentencia, este explicó que el incumplimiento no podía ser considerado como una falta leve, ya que afectaba a la base de confianza que debe regir toda relación laboral. El hecho de que las pruebas fueran tan claras y documentadas, como los billetes de transporte, reforzó la decisión judicial.

El caso llegó a los tribunales

Durante el juicio, la funcionaria de 47 años trató de restar importancia a lo ocurrido alegando que simplemente había “redondeado” sus horas de trabajo. Sin embargo, tanto el tribunal como el Ayuntamiento consideraron que se trataba de una falta grave de lealtad hacia la institución. El abogado Nicolas Facincani, que analizó el caso en su blog, fue claro: las pruebas contra la trabajadora eran sólidas. Según explicó, manipular de forma deliberada los horarios laborales supone una infracción grave del deber de buena fe, algo que justifica plenamente el despido inmediato.

Además, el abogado explicó que, en casos como este, la cantidad del perjuicio económico causado no es el factor decisivo, sino el hecho de que la conducta haya roto la confianza esencial entre el trabajador y la entidad empleadora. “El registro incorrecto y continuado de las horas de trabajo constituye un incumplimiento de lealtad inaceptable en cualquier ámbito laboral”, manifestó Facincani.

Era consciente de lo que estaba haciendo

Con la sentencia firme, el caso quedó cerrado sin posibilidad de un nuevo recurso ante una instancia superior, sentando así un precedente sobre la importancia de actuar correctamente en el entorno laboral, especialmente en lo relativo al registro de jornada. Desde el Ayuntamiento de Zúrich insistió en la necesidad de preservar la confianza institucional y reforzar los controles internos para evitar este tipo de prácticas.