
Ganar la lotería puede cambiarte la vida de un día para otro. Y es que hay determinados sorteos, como el Euromillones, que pueden hacerte ganar hasta 1.700 millones de euros de la noche a la mañana. Esto provoca que muchas personas lleguen a obsesionarse, movidas por el “y si toca” constante o por el “solo una más”, y, en consecuencia, acaben endeudándose.
Justo esto es lo que parece que le ha ocurrido a una mujer de 51 años en Rennes (Francia), que ha sido despedida de su trabajo en un estanco, donde venden lotería, por jugar al ‘rasca y gana’ en horario laboral y, además, sin pagar los boletos.
En concreto, en septiembre de 2021, su empleador la despidió por falta grave por estos hechos (jugar al sorteo durante su jornada y sin pagar los boletos). Pero la cosa no se queda ahí porque, como recogen en el medio local ‘La Dépêche’, posteriormente, su jefe también decidió presentar una denuncia contra ella, estimando que le debe en torno a los 180.000 euros.
“Jugaba durante mis horas de trabajo, sí”
El 6 de enero de 2024, esta empleada de 51 años fue juzgada en Rennes por abuso de la confianza (en España, el Estatuto de los Trabajadores recoge en su artículo 54 como causa de despido disciplinario "la transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo"), tras la denuncia de su jefe en la que se le acusaba de haber robado cientos de billetes de juego.
Casi año antes, en marzo de 2023, cuando fue detenida, la mujer confesó parcialmente los hechos, manteniendo la misma versión este año en el tribunal cuando fue juzgada: “Jugaba durante mis horas de trabajo, sí, pero siempre pagaba todo al final del día”, defendía. Asimismo, añadió que siempre había “tenido suerte” y que, de hecho, había ganado un total de 37.000 euros (según aseguraba). El fallo del tribunal todavía no se ha dado a conocer.
Los riesgos de los ‘rasca y gana’
Los juegos instantáneos del ‘rasca y gana’ pueden resultar adictivos y, de hecho, según un informe de 2021 del Ministerio de Sanidad, el 40,7% de los jóvenes españoles entre 14 y 18 años, que en teoría no podrían jugar porque son menores, los había comprado de forma presencial.
Tal y como explica Juan Francisco Navas, profesor de profesor de psicología clínica de la Universidad Complutense y miembro del consejo asesor de juego responsable en el Ministerio de Consumo, a ‘Maldita’, “lo que pasa en el periodo de incertidumbre desde que compras un rasca hasta que recibes el resultado es instantáneo. Y lo que hace adictivo a los juegos es la inmediatez, que se asocia directamente a una mayor capacidad para desarrollar una adicción”.
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