
Cuando se llevan años en una empresa, a muchos les asalta la misma duda: ¿es legal que dos personas con el mismo puesto cobren distinto? La ley lo permite, pero no de cualquier forma. Solo es posible si hay motivos objetivos, como la antigüedad, la experiencia, la formación o la productividad.
El artículo 28 del Estatuto de los Trabajadores lo deja por escrito (se puede consultar en este Boletín Oficial del Estado), estableciendo que el empresario “está obligado a pagar la misma retribución por un trabajo de igual valor, sin discriminación alguna por razón de sexo”. Ahora, hay excepciones. Si existen causas justificadas y razonables, la empresa puede establecer diferencias en la nómina.
Situaciones por las que te pueden pagar menos
No todas las diferencias salariales están fuera de la ley. Siempre que se basen en criterios claros y medibles (como los años de experiencia, el nivel de formación, la productividad demostrada o la responsabilidad dentro del puesto), la empresa puede justificar su decisión. Por ejemplo, un trabajador con más tiempo en plantilla o con formación específica puede tener un salario más alto que otro con el mismo cargo pero sin esas condiciones.
Los convenios colectivos también juegan su papel en esto y pueden incluir complementos por turnos, trabajo nocturno o tareas peligrosas. Estos extras pueden hacer que existan diferencias de sueldo incluso entre personas del mismo grupo profesional.
Otro aspecto clave es la obligación de las empresas de mantener un registro retributivo. Este documento recoge los salarios medios, los distintos complementos y las percepciones extrasalariales, desglosados por sexo y por cada grupo o categoría profesional. Su objetivo es la transparencia: permitir que se detecten desigualdades salariales que no tengan justificación.
El acceso a este registro no es directo para todos los empleados, sino que se canaliza normalmente a través de los representantes legales de los trabajadores. Así, si alguien sospecha que está cobrando menos sin motivo aparente, puede pedir a su representante que lo consulte por él.
¿Y si la diferencia no está justificada?
En los casos en los que un trabajador percibe que su salario es inferior al de un compañero con el mismo puesto, el primer paso es tratar de averiguar si existen motivos objetivos que puedan justificar esa diferencia. Es recomendable revisar el convenio colectivo y consultar, si es posible, el registro retributivo de la empresa, al que se puede acceder a través de la representación legal de los trabajadores.
Si tras comprobar esto no aparece ninguna razón objetiva que explique la desigualdad salarial, el siguiente paso será presentar una reclamación interna ante la empresa. Se recomienda hacerlo por escrito y solicitar una explicación formal de las diferencias detectadas.
Si la respuesta no es satisfactoria o la empresa no da una justificación válida, el trabajador puede dirigirse a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. En caso de confirmarse la infracción, la Inspección puede exigir a la empresa la corrección de la situación y, en su caso, imponer sanciones.
Además, si lo considera necesario, puede acudir a la vía judicial e interponer una demanda ante el Juzgado de lo Social.