
Una mujer ha sido condenada por el Tribunal de Distrito de Klaipėda, en Lituania, a pagar una multa de 6.000 euros por utilizar una tarjeta bancaria que no era suya para hacer dos compras por un total de 22 euros. Los hechos ocurrieron en septiembre del pasado año, cuando la acusada encontró una tarjeta en la vía pública y la usó para pagar en dos tiendas sin el consentimiento del titular
Según el medio ‘Vakarų ekspresas’, la implicada aprovechó el sistema de pago sin contacto (NFC). Primero hizo una compra de 17,01 euros y más tarde otra de 5,13 euros en otro comercio. Aunque durante el juicio alegó que había confundido la tarjeta con la suya, el tribunal consideró que actuó de forma deliberada y con conocimiento de causa.
Entre las pruebas que sirvieron para desmontar su versión se incluyeron grabaciones de videovigilancia, recibos de compra y un informe bancario. Todo ello demostró que la mujer no solo utilizó la tarjeta de forma fraudulenta, sino que además intentó realizar una tercera compra que fue rechazada, pero al no poder completar el pago, usó la suya propia.
Aunque el importe defraudado fue pequeño y el banco ya había devuelto el dinero a la propietaria de la tarjeta, el tribunal consideró que la mujer había cometido dos delitos económicos de forma deliberada. La acusada no tenía antecedentes ni había sido sancionada antes, y durante el juicio reconoció los hechos y pidió perdón a la afectada.
A pesar de ello, el tribunal decidió imponerle una multa elevada de 6.000 euros como medida ejemplar, al entender que usar una tarjeta ajena, aunque sea para compras de poco valor, es una conducta grave. La sentencia todavía no es definitiva y puede ser apelada ante una instancia superior