
Ella Stapleton, alumna de último curso en la Universidad Northeastern (Boston), pidió el reembolso de su matrícula al comprobar que su profesor utilizaba la Inteligencia Artificial (IA) para preparar el contenido académico. Así, la estudiante denunció la situación el pasado mes de febrero tras detectar que los apuntes del curso habían sido generados directamente con ChatGPT, ya que tenía expresiones propias de esta herramienta.
Sospechas, errores y una cita de ChatGPT en la bibliografía
Stapleton empezó a desconfiar del material docente durante una asignatura obligatoria. Al parecer, los documentos presentaban signos evidentes de haber sido creados por la IA, como imágenes distorsionadas, errores de redacción y una cita textualmente atribuida al lenguaje ChatGPT que estaba incluida entre las referencias bibliográficas.
De hecho, uno de los párrafos contenía una frase típica de ChatGPT: “Expanda todas las áreas. Sea más detallado y específico”. Tras observar durante un tiempo todo esto, la estudiante compartió sus sospechas con el resto de sus compañeros, generando sorpresa e indignación por parte del alumnado.
El profesor admitió el uso de la IA
El profesor, Rick Arrowood, reconoció haber empleado distintas plataformas basadas en la Inteligencia Artificial, como ChatGPT, Perplexity y Gamma, para elaborar los materiales y temarios del curso. Ante el revuelo que generó esto entre los estudiantes, admitió que debería haber reflexionado más sobre la forma de integrarlas y destacó la importancia de la transparencia con el alumnado.
Por su parte, la Universidad Northeastern, confirmó que no prohíbe el uso de estas tecnologías, pero su política interna obliga a citar las fuentes cuando se utilizan herramientas de IA y exige revisar la fiabilidad de los contenidos generados. Ante la petición de Stapleton sobre el reembolso, que ascendía a más de 8.000 dólares (unos 7.160 euros), la universidad lo rechazó y no devolvió el dinero.
Debate sobre el uso de la IA en las aulas
Este caso ha puesto de manifiesto la necesidad de invertir en el uso de la Inteligencia Artificial en los entornos educativos. Mientras que en sus inicios, herramientas como ChatGPT fueron vistas como un riesgo asociado a posibles plagios por parte del alumnado, ahora son los propios estudiantes quienes cuestionan el uso excesivo que hacen de ellas algunos profesores.
Así, a raíz de este caso, estudiantes de todo el mundo han comenzado a expresar su malestar por la creciente dependencia del profesorado de estas tecnologías, además de una falta de coherencia, haciendo referencia a que en muchos programas se prohíbe a los alumnos utilizar IA sin autorización, mientras que algunos profesores recurren a estas herramientas sin avisar y sin justificación.