Un jubilado con cáncer, en huelga de hambre para que su casero le ponga calefacción: "llegaré hasta el final"

Pasar frío en invierno puede ser insoportable para las personas mayores que, en muchos casos, sufren de problemas articulares. Esta es la situación de Philippe Moreau, un jubilado con cáncer que ha comenzado una huelga de hambre para pedirle a su casero que le ponga calefacción en la casa. Sus vecinos, en una situación parecida, le apoyan y el Ayuntamiento no se ha pronunciado. Después de Navidad, la temperatura llegó a alcanzar los 0 grados. 

Moreau y sus vecinos viven en varias urbanizaciones situadas en el barrio Europe de Saint Quentin, en la localidad de Aisne (Francia). Antes de Navidad, una avería dejó a todas las casas sin calefacción y durante los días 3 y 4 de febrero, en la zona se llegó a los 3 y 4 grados. El pensionista, que no puede soportar más el pasar frío y está cansado de colocarse siempre bajo las mantas, anunció a su familia que empezaba una huelga de hambre. Porque, además, está enfermo de cáncer.

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Esta situación sumada a que desde el Ayuntamiento no hacían nada para localizar al arrendador social (al casero propietario de los apartamentos) y tardaban en dar una solución urgente, llevó a Philippe Moreau el pensionista con cáncer, a iniciar una huelga de hambre. Era su último recurso para que le escuchasen, como explicó al medio France-3regions. 

Se sentó en el sofá y se envolvió en varias mantas para soportar el frío. Luego, explicó a su familia que estaba decidido a dejar de comer a pesar de su mal estado de salud. Pero no sólo eso, sino que iba a "llegar hasta el final".

“Vivimos bajo una manta, no abrimos las puertas y nos acostamos pronto”

Moreau explicó que las temperaturas eran insoportables, de 14 grados durante el día y menos de 11 grados por las noches. Por eso, pasaban la mayor parte del tiempo bajo la manta, no abrían las puertas y se acostaban a las 20:30, ya que “pasamos frío durante toda la noche”.

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Además del frío, había mucha humedad que hizo aparecer moho en las paredes. Los apartamentos se convirtieron en espacios insalubres, perjudiciales para la salud. “Por más que se limpie, el moho aparece de nuevo, no hay ninguna forma de eliminarlo. Cuando entro a casa, noto que la garganta se me cierra, como si algo la obstruyera”.

Durante el tiempo que duró la Navidad, sí tuvieron calefacción, pero más tarde, volvieron a quitarla. “Deberían haber restablecido el servicio en octubre, pero estamos en enero y nada”.

Entonces decidieron comprar calefactores eléctricos. Pero aquello no fue solución porque, al poco tiempo, la factura de la luz se disparó. “Dicen que están en contacto con Engie (que es su empresa de energía) pero nos han dicho que no tienen ninguna solicitud”.

Avería o estrategia para ahorrar costes

Los vecinos, entre los que se encuentra este jubilado en huelga de hambre, se preguntaban en el medio antes citado si lo que estaba pasando era una simple avería o algo más allá. “No sabemos si tratan de ahorrar costes a expensas de los inquilinos”.

Hasta el momento, el arrendador social no da señales de vida. “Nos ha dicho que llama sin descanso a la empresa de energía, pero a nosotros no nos contestan eso”.

El Ayuntamiento instaló radiadores eléctricos

El día 4 de enero, el teniente alcalde responsable del área de solidaridad habló con Moreau para que dejase la huelga de hambre. Le dijo que instalaría radiadores eléctricos y el inquilino empezó a comer de nuevo. 

Ahora, muchos vecinos de la zona reclaman la misma atención porque la situación sigue igual que antes y Partenord, los responsables de los pisos, no se han pronunciado.