
Richard Bischop estaba viajando por Florida cuando sufrió un ataque de corazón mientras estaba en el aeropuerto de esta ciudad estadounidense. Con 74 años, el infarto le hizo caer al suelo y fue atendido por los servicios sanitarios. De repente, comenzó a sentirse mal y los demás viajeros pidieron ayuda y dieron la alerta. El paro cardiaco les preocupó mucho, y llamaron a Urgencias.
Cuando llegaron, se encontraron que ya estaban realizado la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP). Estuvieron durante 14 minutos, lo que le salvó la vida. Cuando recuperó el sentido, le trasladaron al hospital. Y mientras estaba ingresado concedió una entrevista al medio CP24 a quienes les contó que se estaba recuperando, y que se encontraba mejor a pesar de romperse 10 costillas.
Ya estabilizado, Bischop comenzó a revisar todos los papeles del viaje, entre los que se encontraba un seguro que había contratado. El problema vino cuando se dio cuenta de que le llegaron más de 600.000 euros de factura (620.000 dólares) del centro de salud donde le habían atendido.
Al final, la aseguradora tendrá que hacerse cargo del pago después de un periodo de negociaciones con el cliente y con la ley. Una vez conocida la resolución “podemos vivir la vida sin preocupaciones”, apuntó.
Contrató un seguro de viaje que “no explicaron bien”
El seguro de viaje que contrató Richard tenía ciertas cláusulas a las que se aferró la empresa en un primer momento para evitar hacerse cargo del coste. En la entrevista, Bishop explicó que “después de recibir un desfibrilador de 80.000 dólares, dicen que no van a pagar”.
Porque la intención era salvarle la vida a toda costa. Por eso, en ningún momento los médicos pensaron en reducir los gastos. “Nuestra defensa para conseguir el pago de esta reclamación es que nunca nadie le explicó el seguro de manera correcta”, como ha señalado Firestone, que es presidente de otra compañía diferente a la del viajero afectado.
“Llamaron antes de salir de viaje y le dijeron que la cobertura del plan de jubilación era la mejor que había. Cuando hicieron el comentario, la primera respuesta fue que no lo hicieran”. Y precisamente gracias a este directivo, se consiguió en primer lugar reducir la factura hasta los 365.000 dólares. Esta cantidad sí tendrá que abonarla la aseguradora del viaje.
Ya ha aprendido la lección: preguntar antes de viajar
Una vez que ha recibido el dinero, el ciudadano de 74 años tiene bien aprendida una lección. Antes de salir de viaje deberá informarse con cuidado de cada cláusula del seguro que vaya a contratar. “Es un alivio y fue bueno que pagaran”, señaló.
Aunque colocó por delante de esto el mantener una buena salud física así como recuperarse por completo de los daños y las secuelas. Y, cuando salga de Canadá, donde vive de manera habitual, tendrá que preguntar por las coberturas de los seguros y los detalles que pudieran aparecer en la letra pequeña.
Por parte de la empresa GreenShields, se señaló que “estamos comprometidos con nuestra misión social de promover la mejor salud para todos”.
Otras noticias interesantes
Lo más leído
-
Antonio Resines defiende su jubilación y explica: “si cotizas durante 15 años como autónomo y otros como trabajador, tienes derecho a cobrar dos pensiones”
-
Una pareja pierde un premio de 860.000 euros en la lotería porque compró los décimos por internet y la administración no se los envió
-
El SEPE busca personal que quiera trabajar 3 horas al día con sueldo de 700 euros en colegios y en limpieza
-
Ya es oficial: los trabajadores que ganen menos de 1.350 euros podrán cobrar el paro y su sueldo al mismo tiempo
-
La Inspección de Trabajo puede multar con hasta 7.500 euros a las casas que tengan a empleadas del hogar sin contrato
-
Precio de la luz mañana domingo 9 de febrero por horas: cuándo es más barata y más cara