Llegar tarde de manera frecuente puede ser más que una simple falta de respeto al tiempo ajeno y puede ser aún más grave, cuando afecta al ámbito laboral. Ya que no cumplir con el horario de trabajo, puede generar sanciones a los trabajadores por incumplir las normas de la empresa, llegando incluso al despido disciplinario. Según varios estudios, una de las razones más comunes detrás de la impuntualidad es la procrastinación. Este hábito, caracterizado por posponer tareas hasta el último momento, suele estar relacionado con la falta de motivación, el perfeccionismo o el miedo al fracaso.
Al procrastinar, las personas subestiman el tiempo necesario para realizar ciertas tareas, lo que provoca que lleguen tarde a sus compromisos. Según la psicóloga Pauline Wallin, la procrastinación es una estrategia para evitar la incomodidad de realizar tareas desagradables, lo que afecta negativamente la organización del tiempo. Este comportamiento no sólo genera estrés en quien lo experimenta, sino también en quienes le rodean.
Otra causa común es la mala gestión del tiempo. Hay quienes simplemente no tienen una percepción adecuada del tiempo que necesitan para completar una tarea o trasladarse a un lugar. Esta incapacidad para planificar de manera efectiva puede deberse a falta de habilidades organizativas o a distracciones, como explica el psicólogo Timothy Pychyl.
La ansiedad social y la evitación de interacciones
El comportamiento de llegar tarde también puede estar relacionado con la ansiedad social. En estos casos, las personas evitan situaciones sociales incómodas retrasando su llegada. Este tipo de ansiedad puede generar que algunos individuos busquen inconscientemente evadir ciertos momentos que les generan estrés, como reuniones o encuentros con personas.
Llegar tarde se convierte en una forma de postergar el malestar, lo que a corto plazo alivia el miedo a las interacciones, pero a largo plazo puede afectar las relaciones personales y profesionales. La psicoterapeuta Ellen Hendriksen señala que este tipo de comportamiento puede ser una estrategia para evitar la evaluación negativa de los demás.
Para quienes experimentan este tipo de ansiedad, llegar a tiempo puede ser desafiante, ya que implica enfrentar sus miedos. La evitación es común en trastornos de ansiedad, y la impuntualidad se convierte en un síntoma de este problema subyacente.
Estrategias para superar la impuntualidad
Para abordar este comportamiento de manera efectiva, es fundamental identificar las causas que lo originan. La psicóloga Christine Padesky sugiere que una de las primeras medidas para superar la impuntualidad es llevar un registro de los patrones y momentos en los que se tiende a llegar tarde. Esto permite identificar desencadenantes específicos, como la procrastinación o la ansiedad social.
El uso de herramientas de organización, como calendarios, listas de tareas y recordatorios, también puede ser útil para mejorar la gestión del tiempo. Sin embargo, si la impuntualidad está profundamente arraigada en problemas emocionales, como la ansiedad o la falta de autocontrol, puede ser beneficioso recurrir a la terapia o al coaching para desarrollar estrategias más profundas y personalizadas.
En última instancia, el trabajo constante sobre la autoeficacia y la percepción del tiempo puede ayudar a las personas a superar este hábito, lo que no solo mejora su vida personal, sino también sus relaciones interpersonales y profesionales.
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