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El motivo por el que tienes que dejar de secar la ropa en tendederos exteriores: puede afectar gravemente a tu salud

Las autoridades sanitarias recomiendan limitar su uso por el incremento de esta sustancia en el ambiente.


Ropa tendida en un balcón
Ropa tendida en un balcón |Canva
Icíar Carballo
Fecha de actualización:

Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas, muchas personas aprovechan para secar la ropa al sol en sus balcones, patios o terrazas. Sin embargo, esta práctica puede suponer un riesgo para quienes padecen fiebre del heno o rinitis alérgica, una afección que, según han señalado las autoridades sanitarias británicas, se intensifica por la exposición a agentes como el polen.

Desde finales de marzo y hasta el mes de julio, aproximadamente, los niveles de polen en el aire, especialmente el de las gramíneas, se incrementan de forma considerable. Esta situación coincide, además, con el auge de casos de esta patología, cuyos síntomas más frecuentes son los estornudos, la congestión nasal o el picor de ojos.

Por qué hay que dejar de usar los tendederos exteriores en primavera

La principal preocupación de esta práctica en esta estación del año radica en que la ropa tendida al aire libre puede acumular partículas de polen, es decir, estas se adhieren a los tejidos. Al recogerla y guardarla en el armario, estas pequeñas partículas pueden extenderse por las distintas partes de la casa, exponiendo a los alérgicos a un contacto directo. 

De hecho, esta situación se agrava si se trata de ropa de cama, como sábanas o fundas de almohada, en las que el contacto es más directo y prolongado durante la noche mientras dormimos. Debido a ello, las autoridades sanitarias británicas han recomendado tender la ropa en el interior, siempre que sea posible, como medida preventiva. 

Cómo mitigar los efectos del polen

Según la Organización Mundial de la Salud, entre el 10% y el 30% de la población mundial sufre algún tipo de alergia estacional, siendo la exposición al polen una de las principales causas. Y aunque los expertos recuerdan que la rinitis alérgica o fiebre del heno no tiene cura, puede controlarse mediante antihistamínicos y tratamientos específicos bajo prescripción médica. 

Por ello, además del secado de la ropa en el interior, también se aconseja una correcta higiene en el hogar, evitando el polvo y ventilando las habitaciones, abriendo las ventanas en horarios de menor concentración de polen.

También han insistido en la importancia de mantener los espacios cerrados durante los días con altos niveles de polen, utilizar gafas de sol en el exterior y ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa, tras haber estado en la calle, para reducir la exposición.

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