
La frase “si amas tu trabajo, no trabajarás ni un solo día de tu vida” ha sido durante años una de las grandes máximas del mundo laboral. A esta frase, convertida en lema de generaciones enteras, Mimi Oliván, coach laboral y creadora de contenido, le ha dado la vuelta. “Esto seguramente se lo inventó alguien que no tenía que trabajar”, afirma en uno de sus últimos vídeos publicados en TikTok. Con esta declaración, invita a replantearse o reflexionar sobre uno de los grandes mandatos del desarrollo profesional, que es que el trabajo debe ser una fuente constante de pasión.
Pero ¿qué pasa cuando esa supuesta pasión conduce al agotamiento? Según Oliván, “cuanto más te obsesiones con la idea de amar tu trabajo, es más fácil que tengas burnout (trabajador quemado), ansiedad y que te exploten, porque realmente lo disfrazas de vocación”. Una advertencia respaldada por un estudio de la Universidad de Harvard (se puede leer en este enlace en ingles), que señala los efectos negativos de idealizar el empleo como una extensión de la identidad personal.
El peligro de confundir vocación con explotación
En un mercado laboral cada vez más competitivo, en el que se premia la entrega incondicional, el riesgo de caer en el autosabotaje profesional crece. Trabajar por vocación puede convertirse en un arma de doble filo si no existen límites saludables. “Te pagan bien, sales a tu hora y no te llevas ansiedad a casa. Pues enhorabuena, porque realmente estás consiguiendo lo que mucha gente en el trabajo de sus sueños no puede: tener una vida”, añade la coach.
Esta reflexión conecta directamente con una tendencia que gana cada vez más espacio en el debate público y es la de priorizar la calidad de vida frente a la entrega total al trabajo. En lugar de buscar empleos idealizados, Oliván propone una pregunta más realista y centrada en el bienestar: “¿Me permite este trabajo tener el estilo de vida que quiero?”.
Una nueva brújula profesional como el estilo de vida
La salud mental, la conciliación y el equilibrio entre vida personal y laboral ya no son beneficios añadidos, sino condiciones básicas para un proyecto profesional sostenible. Bajo esta nueva mirada, el empleo deja de ser el centro de la realización personal para convertirse en una herramienta que facilite una vida plena.
“Este es el día 5 ayudándote a salir del bucle del autosabotaje profesional”, concluye Mimi Oliván, consolidando su discurso como una voz cada vez más escuchada por las nuevas generaciones. Su mensaje conecta con la idea de que hay que dejar de romantizar el sacrificio laboral y comenzar a valorar si el trabajo acompaña o entorpece el estilo de vida deseado.
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