
En ocasiones, heredar una vivienda implica asumir el pago de impuestos como el de Sucesiones y Donaciones. En otras, lo que se afronta es completar el pago pendiente para adquirir el pleno derecho sobre el inmueble. Pero, ¿qué ocurre cuando heredas la casa de tus padres, la terminas de pagar y aun así te quieren desahuciar? Eso es precisamente lo que le ha sucedido a Angelika, quien, tras la muerte de sus progenitores, se convirtió en madre de acogida de su hermana menor y ahora ambas se enfrentan a un desalojo de la vivienda familiar.
Al parecer la vivienda se compró en 2013, pero sin escritura pública, lo que hace a ojos de la administración demostrar que en realidad nunca fue suya a pesar de haberla pagado. Los padres de Angelika firmaron un contrato previo con una inmobiliaria, con el compromiso de finalizar el pago tras la regularización del acceso a la finca. “Me enteré de todo esto cuando mis padres enfermaron gravemente, e incluso entonces mi madre no quiso contármelo”, explica la joven al medio Polsatnews.
El vendedor incumplió su parte del acuerdo, desapareció rumbo a España y dejó la operación sin cerrar legalmente. “Con el dinero de mis padres, él voló a España para empezar una nueva vida”, lamenta Angelika. Años después, el mismo vendedor exigió el pago de una deuda pendiente y una compensación por uso, lo que sumaba “un total de 80.000 zlotys”, que son unos 18.700 euros al cambio.
La abogada Anna Szydłowska, que lleva el caso de manera gratuita, explicó que “la normativa polaca exige que toda compraventa de inmuebles se formalice mediante escritura pública, sin excepción”. Por tanto, el acuerdo verbal y el contrato privado no les otorgan derechos de propiedad a pesar de haberla pagado.
La vivienda fue vendida dos veces y sigue sin pertenecerles
En 2021, el primer vendedor solicitó formalmente el desalojo. Luego, revendió la propiedad, y el nuevo comprador asumió la posesión con las inquilinas dentro. “Sabíamos que íbamos a comprar una casa con inquilinos. El tribunal emitió una sentencia firme. Se desahució y se les dio tres años para pagar”, aseguró el nuevo dueño.
El antiguo propietario depositó 34.362,72 euros en el juzgado, el importe entregado por los padres de Angelika. Pero ese dinero permanece congelado, sin actualizar ni devengar intereses. “Después de 12 años, el precio de la propiedad se ha multiplicado por diez, pero el depósito es el mismo”, criticó Szydłowska. “No ve nada malo en tomar tanto dinero de mis padres y utilizarlo”, explica Angelika.
Tras esto, las autoridades locales ofrecieron un piso de sustitución, pero las condiciones fueron denunciadas como insalubres e infrahumanas. “Cuando vi este apartamento, al principio tuve miedo”, dijo Angelika. El lugar no dispone de baño ni desagüe, y el agua cae en un cubo que debe vaciarse a mano.
“Hacemos nuestras necesidades en un cubo. Es de esos baños que, si entras, ni siquiera sé si un perro querría hacer sus necesidades allí”, señaló un vecino del edificio donde se les ofreció alojamiento.
La vicealcaldesa de Grodzisk Mazowiecki reconoció que Angelika podía haber pedido otro piso: “Lo cierto es que tenía derecho a rechazar este local del ayuntamiento y aún podía solicitar la asignación de otro”. Sin embargo, según dijo, “no tenemos la solicitud del residente, y la comisión de vivienda debe evaluarla”.
El plazo para el desalojo voluntario concluyó este pasado 30 de mayo, por lo que si no abandonan la casa, se ejecutará el desahucio forzoso según la Ley de Protección de los Derechos de los Inquilinos. Angelika resume su situación con una frase clara: “Me siento realmente incómoda porque este dueño me trató como a una delincuente que le robó la casa”.