
Los conflictos por la casa en los casos de divorcio son de lo más comunes, hasta en los casos de haberse casado en separación de bienes. Y es que, uno comprase una vivienda antes de casarse, su pareja puede impedirle venderla, como le ha pasado a esta mujer que no pudo vender una vivienda de la que era la única propietaria, durante el proceso de divorcio, porque su marido bloqueó la operación, y estaba amparado por la ley.
Los hechos han ocurrido en Francia, donde la ley protege la vivienda familiar. La mujer era propietaria de un apartamento en París que compró antes de casarse, según informan desde el medio ‘Figaro Inmobilier’. En pleno proceso de divorcio decidió venderla, u acepto una oferta de compra de 430.000 euros, que quedó paralizada por culpa del que todavía era su marido.
Aunque el hombre no aparecía como titular de la vivienda, y estaban casados en separación de bienes, la normativa del país establece que ambos cónyuges deben consentir la venta de la vivienda familiar, incluso en régimen de separación de bienes, mientras el divorcio no sea efectivo. Según el Código Civil francés, ninguno de los miembros de la pareja puede disponer por sí solo de los derechos sobre la vivienda que constituye el hogar familiar, salvo autorización expresa del otro o permiso judicial.
En nuestro país el Código Civil lo reconoce, y establece en el artículo 1.320 que “para disponer de los derechos sobre la vivienda habitual y los muebles de uso ordinario de la familia, aunque tales derechos pertenezcan a uno solo de los cónyuges, se requerirá el consentimiento de ambos o, en su caso, autorización judicial.”
El marido se opuso para evitar el traslado de la familia
En este caso, aunque el marido ya había abandonado la vivienda tras la separación, seguía manteniendo derechos sobre su destino mientras continuara el vínculo matrimonial.
Por esto, tras ser informado de que la casa se vendería, se negó a autorizar la operación. Según explica el medio por el temor de que la mujer abandonara París junto a sus hijos.
La situación, actualmente, ha generado un bloqueo legal, ya que la pareja aún no ha concluido su proceso de divorcio y la compraventa fue suspendida. La mujer ha perdido la opción de la venta de la casa a los compradores que hicieron la oferta, ya que, ante la falta de garantías, decidieron adquirir otra propiedad.
Si quiere vender la casa tendrá que recurrir a la justicia
Actualmente, los abogados de ambas partes buscan alcanzar un acuerdo. En caso de no lograrlo, la mujer tiene la posibilidad de recurrir al juez de familia para solicitar la autorización judicial de venta, para lo que deberá demostrar que la negativa de su esposo carece de justificación razonable.
Según una experta, explica en el medio, en el caso de llegar a esta vía, el juez deberá analizar si la negativa perjudica el interés superior de la familia o responde a motivos infundados, aunque el hecho del marido ya hubiera abandonado la casa, la inexistencia de reconciliación o el ajuste del precio a las condiciones del mercado podrían jugar a favor de mujer.