
El pasado 27 de mayo, Dinamarca aprobó la eliminación de las pensiones vitalicias para sus políticos que, a partir de ahora, recibirán los beneficios de la pensión legal como el resto de ciudadanos. Además, ahora tendrán que destinar el 18,07% de su salario mensual al fondo de retiro estatal. El Parlamento danés saca adelante esta medida como parte de una reforma que busca alinear las condiciones de jubilación de los políticos con las del resto de los ciudadanos.
No solo eso, sino que la retirada de las pensiones vitalicias está enmarcada también en una serie de ajustes en la jubilación danesa en los que destaca el retraso de la edad de jubilación hasta los 70 años, que afectará a todos los nacidos a partir del 1 de enero de 1070. El Gobierno danés de la socialdemócrata Mette Frederiksen cambia esta legislación, dando así un paso complicado para adaptarse a la pirámide poblacional. Es más, el mismo parlamento que aprobó la medida intenta ahora redimirse, de cara a los votantes, con un recorte de los propios privilegios.
La reforma no afecta a los políticos actuales
Eso sí, el fin de las pensiones vitalicias solo afecta a los futuros políticos, es decir, los políticos actuales o los que ya están retirados mantendrán sus derechos adquiridos bajo el sistema anterior. La decisión ha sido criticada porque muchos consideran que la medida es insuficiente al no aplicarse retroactivamente. Dentro del acuerdo, además, se ha aprobado un aumento significativo en los salarios de los futuros políticos. Por ejemplo, el salario anual de los futuros primeros ministros aumentará de aproximadamente 257.000 euros a cerca de 332.500 euros.
La nueva medida busca dar un paso más en el objetivo de equiparar el estado de bienestar de los políticos con el de cualquier ciudadano danés. Y es que con sólo un año ocupando un escaño en el Folketing, se ganaba el derecho a una pensión de por vida de unas 35.000 coronas mensuales, lo que equivale a unos 4.700 euros al mes, un tema más que criticado tanto en Dinamarca como en otros países europeos. Es más, dependiendo del año de nacimiento, la jubilación de los políticos comenzaba bastante temprano, la mayoría se jubilaba tras cumplir los 60 años.
Los políticos pagarán el 18,07% de su salario al fondo de pensiones
En el futuro, los miembros del parlamento y los ministros ya no gozarán de estas generosas pensiones vitalicias y sólo recibirán los beneficios de la pensión legal, como el resto de los ciudadanos. Y de acuerdo a la nueva legislación, los políticos también pagarán el 18,07 por ciento de su salario mensual al fondo de pensiones estatal.
La integración de las pensiones de los políticos profesionales en la ‘almindelig arbejdsmarkedspension’ (pensión normal del mercado de trabajo) ha sido durante casi una década motivo de disputas entre los grupos parlamentarios del Folketing. Ha sido necesario un gran pacto de Estado en el que ocho grupos parlamentarios han logrado ponerse de acuerdo sobre las nuevas reglas, que siguen esencialmente las recomendaciones de una comisión de expertos que emitió su dictamen en 2016.
El sistema anterior de pensiones danés evidenciaba no solo un incremento progresivo en sus costes, sino también la necesidad urgente de una reforma ante el aumento constante en la edad de jubilación. El nuevo pacto de Estado ha sido posible gracias a que la normativa afectará únicamente a los políticos que obtengan un mandato por primera vez en las próximas elecciones; quienes ya ocupan cargos y sean reelegidos mantendrán sus derechos adquiridos. Todos los partidos firmantes del pacto han mostrado satisfacción con la reforma, destacando el fin de ciertos privilegios. “Nuestro acuerdo hace que todo el sistema sea mucho más comprensible para los ciudadanos y, por lo tanto, también garantiza una mayor aceptación”, afirmó Leif Lahn, líder socialdemócrata.
No obstante, no han faltado las críticas. Pelle Dragsted, del opositor Partido Unificado Danés, denunció los “privilegios completamente inapropiados” y calificó de “grotesco” el incremento salarial previsto para los políticos en activo. Según la nueva regulación, un parlamentario pasará a ganar casi 1,1 millones de coronas anuales (unos 145.000 euros), frente a los actuales 127.000 euros, tras eliminarse un recargo libre de impuestos. Los futuros primeros ministros también verán mejoradas sus remuneraciones: de los 1,9 millones de coronas actuales (257.000 euros) que recibe Mette Frederiksen, a casi 2,5 millones (332.500 euros).
La reforma llegará cuando mueran todos los políticos
A pesar de estas subidas, los defensores de la reforma aseguran que, a largo plazo, el Estado ahorrará hasta un 20 % en costes, lo que se traduciría en unos 30 millones de coronas anuales (más de 4 millones de euros). Sin embargo, este ahorro no será inmediato: el nuevo sistema de pensiones solo estará plenamente operativo cuando fallezca el último político que haya sido elegido antes de la reforma. Así, la transformación será gradual, reflejando una apuesta por la sostenibilidad futura, aunque con beneficios inmediatos para los nuevos miembros del Parlamento.