Pedir una hipoteca no es asunto baladí. Los préstamos hipotecarios ofrecen diferentes opciones que, dependiendo de las circunstancias, pueden ajustarse mejor a nuestras necesidades. No hay que olvidar que, contratar una hipoteca, nos compromete a pagar mes a mes una importante cuota cuyas repercusiones habrá que estudiar a fondo en nuestra economía doméstica.
Para empezar, están las hipotecas “básicas”. Estas son las que más se firman en España y, por tanto, las más conocidas. Se fijan según el tipo de interés, dividiéndose en hipoteca fija, variable o mixta. Ahora, no son las únicas. Aunque no las conoce todo el mundo, hay préstamos que se dirigen a colectivos específicos, como a los jóvenes, los autónomos o los funcionarios. También están, por ejemplo, las “hipotecas verdes”. A continuación, se explica en qué consiste cada una de ellas.
Hipotecas según el tipo de interés
Según el tipo de interés que se pague por las cuotas de la hipoteca, se encuentran tres tipos diferentes.
Hipoteca fija
Se paga siempre la misma cuota. No utiliza el euríbor para calcular el tipo de interés, por lo que no le afectan las subidas o bajadas del mismo. Si bien es cierto que sí se utiliza esta referencia para contratarla de inicio, una vez acordada, no se realizan revisiones. Es así, la “más segura”, en el sentido de que se tiene la tranquilidad de saber cuánto se va a pagar mes a mes.
El plazo de amortización (periodo de tiempo que se tarda en devolver un préstamo) suele ser más corto que las de interés variable. Esto es, se tiene menos tiempo para pagar la hipoteca: aunque podremos quitarnos el crédito pronto, las cuotas serán más altas. Los gastos asociados a su contratación, como la comisión de apertura, también suelen ser más caros.
Hipoteca variable
La cuota que se paga varía cada cierto tiempo, revisándose por lo general cada 12 meses. En este caso, el tipo de interés se establece en torno al euríbor: si sube, como ha ocurrido este último año 2022, tendremos que pagar más de hipoteca (subida de las cuotas). Por el contrario, si baja, pagaremos menos (bajada de las cuotas).
Estas hipotecas tienen plazos de amortización más largos, por lo que se tiene más tiempo para saldar el crédito. De hecho, pueden llegar hasta los 40 años. Los gastos de tramitación también son más bajos, pudiendo incluso encontrar la ausencia de comisiones de apertura.
Hipoteca mixta
Una mezcla de las dos anteriores. Durante un tiempo, se paga un tipo de interés fijo y, después, se pasaría a otro variable. El periodo que se mantiene cada uno depende de los años en los que se vaya a pagar la hipoteca y es algo que se negocia con el banco. No obstante, se pagan más años con un tipo variable que fijo. De hecho, por lo general, el tipo fijo se mantiene entre 3 y 10 años, aunque el mínimo es uno. Los gastos asociados son similares a los de la variable.
Otros tipos de hipotecas, más desconocidas
Hemos visto las tres hipotecas básicas, que son las que más se firman en España. Ahora es el turno de descubrir otros préstamos hipotecarios más ambientados al perfil de solicitante o sus circunstancias. Es decir, se diferencias de las anteriores en que ofrecen condiciones especiales, pero mantendrán alguno de los tipos de interés vistos anteriormente.
Hipotecas para jóvenes
Están pensadas para personas entre 30 y 35 años, que van a invertir sus “primeros ahorros”. Las entidades bancarias ofrecen facilidades a la hora de recibir la financiación, suelen conceder más dinero (financiando un porcentaje más alto de la vivienda) o pedir menor capital para la concesión del préstamo. En este caso, casi siempre solicitan la diferencia entre el precio de la compraventa y el importe financiado.
Hipotecas para no residentes
Diseñadas para segundas viviendas de residentes en el extranjero. Las condiciones suelen ser más duras, pudiendo exigir hasta el 50% del precio de compraventa del inmueble, cuando lo normal es un 20%, o el hecho de tener que justificar sus ingresos.
Hipotecas para colectivos
Aunque aquí podríamos poner la de jóvenes, hay otras hipotecas pensadas para “colectivos”. Como las hipotecas para autónomos, funcionarios o personal militar, por ejemplo. Ocurre también con otro tipo de préstamos, como en el caso de comprarse un vehículo.
Hipotecas verdes
Son los préstamos hipotecarios que se conceden por la compra, construcción o rehabilitación de una vivienda sostenible. Como “premio” a la sostenibilidad, se ofrece un interés más reducido. Como están pesadas para mejorar la eficiencia energética, cuánto mayor sea esta, mejores condiciones se obtendrán. Según explica Rastreator, se destina generalmente a la adquisición de inmuebles con calificación energética A o B o por la rehabilitación de una vivienda antigua con el que se haya conseguido mejorar, al menos, un 30% su eficiencia energética.
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