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Un hombre vende a una familia una casa con un certificado energético falso: tendrá que indemnizarles con 35.000 euros

La familia se decantó por la vivienda por su buena calificación energética y resultó ser falsa. La casa tenía un aislamiento térmico deficiente y sistemas de climatización obsoletos.


Certificado de eficiencia energética
Certificado de eficiencia energética |Canva
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:

Comprar una vivienda es una decisión complicada, ya que son muchos condicionantes los que influyen en que un inmueble se convierta en el hogar ideal. Uno de ellos puede ser la eficiencia energética de la vivienda, para ello el Certificado de Eficiencia Energética (CEE) es un documento indispensable. En este documento se basó una familia para elegir su casa, pero tras instalarse en ella descubrieron que el mismo era totalmente falso y la casa tenía un consumo muy superior al que el documento indicaba. 

Según la información del caso, publicada en el medio francés ‘Le Figaro’, la familia formada por un matrimonio y sus dos hijos, compraron la casa de sus sueños por 300.000 euros confiando en gran parte en las condiciones energéticas que declaraba el CEE, en el que se le otorgaba una calificación energética tipo C. 

Tras pasar unos meses viviendo en la casa y llegar las primeras facturas comenzaron a notar las primeras inconsistencias y es que el importe de las mismas era mucho mayor de lo esperado. Para asegurarse de que todo marchaba bien en el inmueble, pidieron opinión técnica en la que les confirmaron lo que ya temían, que el aislamiento térmico de la casa  era deficiente y los sistemas de climatización estaban obsoletos.

Les habían engañado con el certificado energético

Los resultados de un nuevo certificado energético confirmaron que la vivienda tenía una calificación F, mucho más baja que la indicada en el certificado que les entregó el vendedor de la casa en el que había obtenido C.

Esto suponía que la casa que habían comprado tendría que tener un valor más bajo que el que habían pagado, ya que era menos sostenible y les haría tener que invertir más dinero del esperado en suministros, o el realizar reformas para adecuarla el nivel de eficiencia energética en el que en teoría les habían confirmado que estaba. 

Por este motivo, el matrimonio decidió reclamar al vendedor, y tras ponerse en contacto con un abogado para iniciar un proceso judicial.

La fundadora de una plataforma de apoyo jurídico y abogada de la familia, Coralie Daven, explicó en el medio francés que “fue el propio comprador quien solicitó asesoramiento jurídico tras confirmar la diferencia entre el certificado original y la realidad del inmueble”.

Finalmente, y aunque se había puesto en marcha un proceso legal para reclamar los daños y perjuicios al vendedor de la vivienda, el litigio finalizó con un acuerdo amistoso entre las partes. El vendedor aceptó pagar 35.000 euros en concepto de compensación, destinados a cubrir parte de las reformas necesarias para adaptar la vivienda a los estándares energéticos que en teoría tenía inicialmente. 

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