Cuántos días tengo para solicitar el paro: qué pasa si se pide fuera de plazo

El Servicio Público de Empleo Estatal establece un plazo para solicitar la prestación por desempleo tras la finalización de un contrato de trabajo. Hay que tener cuidado si se sobrepasa esta fecha.

Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal
Cuántos días hay que esperar para poder solicitar el paro en el SEPE.
Isabel Gómez

Cuándo un trabajador pierde su trabajo de manera involuntaria, tiene la posibilidad de solicitar la prestación por desempleo a nivel contributivo al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Hay que tener en cuenta que hay un plazo para solicitar el paro que, en el caso de no cumplir puede conllevar la perdida parcial de la prestación.

Para tener derecho al cobro del paro, es necesario haber cotizado un mínimo de 360 días para dicha prestación, siempre en los seis años anteriores al momento de la solicitud. Es decir, que debe haber trabajado el mínimo de un año. De no ser así, se podrá acceder al subsidio por insuficiencia de cotización siempre y cuando se cuente con al menos 90 días cotizados.

¿Cuánto tiempo tengo para solicitar el paro?

Tras finalizar el contrato, los trabajadores tendrán un plazo de 15 días hábiles para solicitar la prestación por desempleo. El plazo empezará a contar desde el día siguiente a la situación legal de desempleo. Es decir, que el derecho a cobrarlo nace a partir del día siguiente a la situación legal de desempleo.

Es posible que la ayuda se pida fuera de plazo. En este caso hay que saber que no se pierde la prestación, aunque se nos descontarán los días que nos hayamos retrasado en la solicitud. Esta es la penalización que debemos tener en cuenta.

¿Puedo guardar el paro y utilizarla en otro momento?

Sí, es posible guardar la prestación por desempleo a nivel contributivo para cobrarlo más adelante. En este sentido hay que tener en cuenta que no se puede guardar de manera ilimitada. Hay un plazo máximo de 6 años para consumirlo desde que se hizo la cotización.

Ahora hay que tener en cuenta, que cuando se inicie una actividad laboral esta puede perjudicar a la prestación que ya tengamos acumulada. Por ejemplo, volver a trabajar a jornada parcial o empezar a trabajar con cotizaciones inferiores puede ser que perjudique a la cuantía de la pensión.

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