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Un matrimonio se ve obligado a retrasar su jubilación para mantener a su hija de 27 años que ha vuelto a casa: “no queremos verla en la calle”

Afirman que están viviendo también un desgaste emocional, estando la relación con su hija más tensa que nunca.


Un matrimonio preocupado, frente a la ventana
Un matrimonio se ve obligado a retrasar su jubilación para mantener a su hija de 27 años que ha vuelto a casa: “no queremos verla en la calle” |Envato
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:

Al superar los 65 años, cualquiera podría pensar que lo único que toca es disfrutar de una jubilación más que merecida, después de años y años de trabajo. Sin embargo, se está viendo como en los últimos años este paso se está retrasando, bien porque la pensión no alcanza para cubrir todos los gastos o porque, en lo que era muy raro hace unos años, hay que seguir manteniendo a los hijos.

Es lo que le ha pasado a un matrimonio de Sherman Oaks (California), que ha visto como su hija de 27 años ha vuelto a casa y tienen que hacerse cargo de todos sus gastos. De hecho, esta madre, de 66 años, asegura que están gastando cerca de 5.000 dólares al mes (sobre 4.200 euros) en cubrir todos los gastos de manutención de su hija, incluyendo comida, transporte y atención médica.

Así lo ha declarado al medio ‘CNBC’: “No teníamos previsto este tipo de gastos en este momento de nuestras vidas”, añadiendo que “la razón por la que lo hacemos es porque no queremos verla en la calle”. Pero eso no es todo, y es que además están viviendo un desgaste emocional, asegurando que relación con su hija se ha vuelto tan tensa que han tenido que recurrir a Kim Muench, una coach especializada en “adultos jóvenes”, en busca de orientación.

“Los padres a veces dudan en buscar ayuda para sí mismos e invertir en su salud... porque ya están gastando más de lo que les gustaría para mantener a sus hijos adultos o adultos emergentes”, explica esta coach.

“Esperaba poder viajar mucho más”

El padre también explica la complicada situación que están viviendo, asegurando que la jubilación no solo significaría una pérdida de ingresos, sino también la pérdida de acceso a la asistencia sanitaria financiada por su empresa, que actualmente cuesta a la pareja cerca de 600 dólares al mes por su hija.

“Llegados a este punto, esperaba poder viajar mucho más... lo hemos dejado en un segundo plano”, afirma su mujer, añadiendo que “pensé que mi marido y yo tendríamos la casa para nosotros solos con los perros, y no estaríamos muy preocupados por ella todo el tiempo”.

Su coach, Muench, también explica que tanto padres como hijos necesitan “madurez emocional” y que la falta de comunicación entre ambos, sobre todo en torno a las finanzas, puede hacer que los padres se sientan atrapados en un acuerdo de convivencia a largo plazo. “Cuando su hijo o hija no va asumiendo responsabilidades económicas, poco a poco, se preocupan mucho de que les vayan a mantener económicamente el resto de sus vidas”, afirma.

En lugar de tomar medidas drásticas, sugiere a los padres que introduzcan límites financieros graduales para ayudar a los jóvenes adultos a construir su responsabilidad con apoyo. Por ejemplo, haciendo que se encarguen de pagar su factura telefónica o que guarden una parte semanal de dinero en una cuenta de ahorro separada para imitar el pago del alquiler.